A ESTE MAR QUE ME ACARICIA Y ME MECE EN SUS OLAS
Eunate Goikoetxea
Alicante-España
Todas las mañanas paseo por tu orilla, disfrutando
de la brisa, dejando que empape mi alma, y llegue hasta mis sentimientos más
escondidos.
Tu olor es inconfundible, se cuela en mi memoria y me habla de esa “agua
quieta” donde guardas a los hombres que pierden su vida entre tus olas… de esas
batallas que han contemplado a lo largo de la historia tus aguas, de esos
maravillosos saltos de los delfines, de los cantos de las ballenas, de cómo las
sirenas se adornan el pelo con corales y como Neptuno agita las aguas y luego
cabalga sobre ellas en unos caballos blancos. Del sol cuando se esconde en tu
inmensidad al anochecer y como la luna le busca con sus rayos plateados. De
cuando las estrellas se dejan caer en tu abismo cuando tienen que cumplir un
deseo.
Tengo hacia ti mucho amor y respeto, me fascina sumergirme en tus aguas
las cuales unos días están bravas y otras calmadas. No sé cuales me gustan más,
si esas aguas bravas que cuando se enfadan son empujadas por la brisa cuando
discute con el viento, y arremolinan las olas y las alzan formando murallas en
el agua…y en esos momentos, es tal tu ímpetu que eres capaz de cualquier cosa.
O esas aguas calmadas, que transmiten tu paz, tu silencio y arrogancia mezclado
con ese sentimiento único de hacernos sentir tu poder y recordándonos que ante
ti, nuestra fuerza, impertinencia y orgullo es una debilidad. Sin embargo no
puedo dejar de mirarte…de sentirte…de escucharte…
Es el sonido de las olas quien me mece en un
largo deseo mientras la brisa acaricia mi cuerpo y despeina mi pelo. Mis pies
dejan huellas en la arena que tus olas borran a mi paso, llevándolas contigo a
las profundidades, con ternura, con pasión, no sin antes acariciar mi piel con
tu espuma blanca, haciéndome estremecer. Espuma que se queda pegada a mí, para
dejar constancia una vez más que estas, que vas y vienes meciéndome en tu
cántico sin saber qué hacer, si arrástrame hasta las profundidades
convirtiéndome en sirena o dejarme en la arena para hacerme soñar.
La brisa me susurra tus anhelos, yo la susurro
mi miedo
Mírame mar, soy tuya, déjame bañarme en tus
aguas mientras juegas con mi cuerpo y con mi alma. Y si no quiero salir de
ellas… llévame contigo hacia donde escondes al sol todas las noches a jugar con
las estrellas llenas de deseos…me llevare tu espuma blanca pegada a mi piel
hacia donde la luna mira al sol consciente de lo que no pudo ser…
De inmortal a mortal, me susurras inclemente:
En cada pequeña cosa me tendrás a mí. Sentirás
mi poder y mi ternura, en el viento, la lluvia, el olor a tierra mojada, una
sonrisa, en una mirada perdida… Vete. Vive. Ama…
Dra. Eunate Goicoetxea
Alicante - España
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