Mi querida y amada Madre Virgencita de Luján. A tí que protejes siempre esta Nación, quiero decirte con el corazón desgarrado que hoy no podremos seguirte en procesión. Hoy, cuando más lo necesitamos para pedirte nos libres de esta pandemia que azota el mundo, nos tenemos que quedar en casa. Señora mía, tú sabes que te amamos y que todos los años son muchos los que caminan a tu lado felices de estar contigo. Hoy no podremos hacerlo físicamente, pero lo hará nuestro corazón. Madrecita nuestra, protégenos del virus, del hambre, proteje a los niños sin escuela, a los que perdieron su trabajo, a los enfermos, a los que los cuidan. Que los médicos puedan ejercer su prefesión con los medios necesarios, que los fallecidos descansen en paz y sus familias encuentren el consuelo. Bendice a este país hermoso que el Señor nos regaló para disfrutar de su paz y no de la angustia que estamos pasando.
Ayúdanos Virgencita dándonos la Paz que tu hijo nos tiene prometido. Amén.
Elsa Lorences de Llaneza.
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