Parecía la madriguera de un conejo, pero esa entrada escondía una fascinante realidad histórica
el
condado inglés de Shropshire, lo que parecía ser sólo la madriguera
de un conejo resultó ser una caverna de hace 700 años, realizada a mano
casi seguramente por los seguidores de los caballeros templarios, que la utilizaban para fines religiosos.
Algunas de las cámaras de las llamadas Caynton Caves son tan estrechas que se entra en ellas a duras penas.
El
descubrimiento se hizo hace años entre una granja agrícola y un bosque,
a menos de un metro de profundidad. Se dice que desde los años 80, la
gruta ha sido utilizada por druidas para celebrar sus rituales paganos,
sobre todo en los solsticios. Ciertamente, hace años se encontraron
dentro velas, graffitti y basura, hasta el punto de que el lugar, que se
encuentra en un terreno privado, ya no está abierto al público, salvo
autorización explícita de los propietarios.
Ahora, gracias a las imágenes del fotógrafo Michael Scott, podemos acceder también
nosotros a esta caverna tan misteriosa como fascinante. El fotógrafo,
natural de Birmingham, quiso hacer un reportaje después de haber oído
hablar de este lugar, dándole así relevancia internacional.
Este refugio
subterráneo tiene destacadas naves circulares. Se remonta esta
característica al hecho de que los templarios querían que su
arquitectura correspondiese a la de la iglesia del Santo Sepulcro
de Jerusalén, el lugar en el que la tradición localiza la sepultura de
Jesucristo.
Muchas
iglesias fundadas por los miembros de la Orden del Temple son, de
hecho, de planta circular, a diferencia de la mayor parte de las
basílicas y de las catedrales, que son de planta rectangular o en forma
de cruz latina o griega.
Como ejemplo de esta singular arquitectura tenemos la iglesia del Temple en Londres, una de las iglesias templarias más conocidas, aún en pie.
Gracias Aída Martha Castelán. Muy bueno
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