Sorber
la vida
Caballero…
¡Jinete del pasado!
con
montura y caparazón de cuitas.
Solitario…Por
las trabas del duelo
que
obstinadas royeron sus entrañas.
Porque
un rayo suprimió la existencia
de
sus seres queridos sin aviso.
Rumió
el sufrimiento e irrumpió el viñedo,
para
desgajar preces y suspiros.
Entre
fajinas y sabor de ausencias,
imploró
ser uva, molienda y vino,
garantía
de solidario brío
y
así reparar sus irreverencias.
¡Apeló
al cielo en apremiante ruego!,
Solo
en vergeles deseaba morir,
encontrar
en el lagar, su familia,
y,
con ella, festejar su vendimia.
Gozoso,
sorbió la vida al partir
en
medio de exuberante cosecha;
su
semblante, cuajaba una sonrisa…
Y
sus manos, ¡cortejaban racimos!
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