22 de Octubre
KAROL
Ayer, el Atleta de Dios,
al final, un niño contraído:
puro temblor y orar.
Una cruz viva y viviente,
holocausto de amor.
El aliento del Paráclito
movía, imperceptible, sus labios.
“Jesús, no se bajó de la Cruz”,
repetía, en la cima de la fe
y el sí, unísonos.
Los dedos, algunos, sin pausa,
levantaba sobre los fieles
hacia la Parusía que vislumbraba
dentro de aquella quietud en magma.
Sin renuncia a su calvario,
clavado a su agonía,
estático en su vértigo celeste.
Las pupilas lo mantenían suspendido.
Un crucificado en su cuerpo.
Bosco Ortega
Canción
A la Tierra Prometida,
Karol Józef, ya camina,
que comienza en esta vida
de esperanza peregrina.
Sus sandalias misioneras
tres vueltas al mundo dieron,
siguiendo la huella primera
del Mismo que en la Cruz vieron.
El planeta es la medida,
cifra del Reino, su viaje:
llevar al hombro, la vida
y el amor, como equipaje.
Su senda, herida, no deja,
de pie, cordero ofrendado,
varón sufriente, sin queja,
con el dolor por cayado.
El alma le pone el cuerpo
a su carne en rezo vivo,
cada hueso es un Cristo tenso
y el paso un temblor nacido.
Nunca llega a ser anciano,
porque vive de su infancia,
tan del tiempo, por humano:
criatura de su distancia.
Bosquín Ortega
Mil gracias Bosco por tu homenaje a Juan Pablo II que tanto ayudó al pueblo Argentino en un momento muy particular de nuestra vida. Ojalá escuche e interceda ante Dios para que se mejore este momento del país. Amén. Elsa Lorences.
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