ZOZOBRA
Escorado, abatido
a sotavento
navega el corazón
en la tormenta,
amordazados
los sentidos,
desgarrado
el velamen.
Ya sin rumbo,
al garete,
y a merced
del oleaje enardecido.
¿Inerte la Fe?
Sin brújula ni estrella
en el proceloso mar
de indiferencia
y de desidia,
transida de dolor,
como única tripulante
aún viaja la Esperanza:
entre sus manos
ensangrentadas
levanta el estandarte
inclaudicable de la Paz.
Liana Friedrich
Verdaderamente Liana tu poema describe muy bien el proceso de todos los que estamos viviendo esta pesadilla. Te felicito.
Elsa Lorences. de Llaneza
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