EDITORIAL DE LA REVISTA ARISTOS ALICANTE - ESPAÑA DEL DÍA 8 DE MARZO 2021 POR SU PRESIDENTE Y EDITORA DRA. EUNATE GOICOETXEA
Dedicamos este mes de Marzo con todo nuestro cariño a
los 3.811 millones de mujeres estupendas que hay actualmente en el
mundo, La lucha, en defensa de los derechos y de la dignidad de la
mujer, tiene que ser ante todo una lucha política, jurídica, social y
laboral. Mientras las mujeres no tengan la misma autonomía económica que
los hombres, las mujeres seguirán aguantando amenazas, insultos,
palizas y hasta la misma muerte. Si esta situación no se resuelve, la
violencia contra la mujer no tiene solución.
EL PROGRESO DE LA MUJER
Eunate Goikoetxea
Alicante-España
Un hecho evidente a todas
luces es que la situación de las mujeres ha experimentado cambios
considerables en los últimos años. Nos encontramos por tanto, ante una
realidad femenina que se distancia de lo que pudo ser en el pasado y que
han producido esa evolución, y, lo que es más importante, la vivencia
interna que ha supuesto a las mujeres. lo que lleva a teorizar sobre
algo interno y propio de cada mujer. Cada mujer es un mundo , con sus
singularidades y peculiaridades, con una personalidad definida y unas
circunstancias concretas. De ahí que las teorías interpretativas posean
siempre un punto de irrealidad. Sin embargo, se hacen necesarias para
comprender el porqué y el cómo de los fenómenos sociales. Se trata de
descubrir las tendencias culturales que están marcando el movimiento
social, del proceso femenino, de tal forma que puedan ser utilizadas
como referente aclaratorio de lo que está pasando con las mujeres y con
las relaciones con el sexo opuesto. La influencia de estas tendencias se
puede observar claramente en las opiniones diferenciadas y a veces
confrontadas que expresan las distintas generaciones, como también entre
aquel colectivo que tiene un empleo laboral y el que no lo tiene.
Si existe un tema que ha sido
profusamente abordado y analizado en el ámbito del desarrollo en todos
los países del mundo, éste ha sido sin duda el del género y
concretamente el rol que desempeñan las mujeres en la mejora de las
condiciones socio-económicas y políticas de las sociedades. Las brechas
relativas a las capacidades provocan que las mujeres tengan menor
probabilidad que los hombres para contar con la educación, los contactos
y los recursos necesarios para convertirse en líderes eficaces.
Como señala la resolución
sobre la participación de la mujer en la política aprobada por la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, “las mujeres siguen
estando marginadas en gran medida de la esfera política en todo el
mundo, a menudo como resultado de leyes, prácticas, actitudes y
estereotipos de género discriminatorios, bajos niveles de educación,
falta de acceso a servicios de atención sanitaria y a la pobreza que las
afecta de manera desproporcionada”.
La igualdad efectiva entre
hombres y mujeres continúa siendo más un objetivo que una realidad en
todo el mundo. Vivimos en un mundo desigual e injusto, en el que hay que
hacer frente a relaciones asimétricas de poder generadoras de variadas
formas de desigualdad y a la vulneración de derechos económicos,
sociales y políticos de muchas personas y especialmente de las mujeres.
Por ello es necesario seguir realizando aportaciones que contribuyan a
que la igualdad avance, tanto desde el punto de vista del análisis como
de la intervención
Debemos implementar todas las
acciones necesarias para avanzar hacia un desarrollo sostenible, que
pasa por la inclusión de las mujeres en todos los procesos de la vida,
fomentando la incorporación universal de las niñas a todos los ciclos de
enseñanza, apoyando su inserción real en el mercado laboral y el
espacio público, mejorando la gestión de su tiempo familiar y privado
para no se vean sobrecargadas en exceso, fomentando la lucha contra la
violencia de género en todas y cada una de sus manifestaciones,
fortalecer la autoestima de las mujeres para que puedan identificarse
como sujetos de derechos, etc. Si verdaderamente las sociedades quieren
avanzar en el desarrollo y bienestar de sus miembros, esto no se podrá
lograr sin incorporar a la mitad de la masa laboral, las mujeres, sin
que se vean postergadas a ser meras espectadoras.
Porque la mujer debe dejar de ser el Sur de todos los Nortes.
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