Si pudiese hablarte con silencio
cuánto cierto de mí yo te diría,
más brotan palabras en mi mente
que quitan claridad, opacan el sentido.
Si pudiese hablarte con silencio
qué profundo diálogo tendríamos.
Tan sólo mi ser, que es nada, y tu Presencia
y la verdad desnuda de mi entrega.
La voz de tu silencio, mi Dios, es lo que anhelo.
Callar y convertirme en eco.
En el eco del silencio de tu voz que todo dice,
y ser, de tu amable corazón, un pequeño y rítmico latido.
María de las Mercedes
FRENTE AL CUERPO DE CRISTO ADOREMOS EN
SILENCIO Y CON PROFUNDO AGRADECIMIENTO AL DIOS DE TODAS LAS MARAVILLAS.
AMÉN. AMÉN. Gracias Mercedes
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