Dame oh Señor, la capacidad de saber
cuando he de dejar en paz,
a mi hermano que desea el silencio,
dame la lejanía sana del fervor
profano
en que la moda imponga lo nuevo por
impulso,
despreciando lo antiguo por
desgracia.
Líbrame de anteponer torpemente
el conocimiento, a la sabiduría,
la ciencia al arte, y la habilidad al
sentido común,
líbrame también de la tentación
de tratar a mis pacientes como casos,
olvidando torpemente que son
personas.
Líbrame también, te lo ruego,
de hacer que por lucimiento personal,
la curación se haga más penosa,
que el sufrimiento por la misma
enfermedad.
Líbrame de pretender que en base a mi
ciencia,
se prolongue inútilmente alguna vida,
cuando ya su reloj vital, haya
parado.
Líbrame de acudir con asco, o con
repudio manifiesto
al camastro de mi hermano-paciente,
aún siendo este acaudalado o mendigo.
Muéstrame el camino, para vivir
honradamente
de lo que este bello arte me
proporcione,
líbrame te pido, de palpar o ver el
cuerpo de mi hermano,
con un motivo diferente al que el
arte médico me impone.
Yo se, que si consigo en el tiempo
cumplir
con humildad estos anhelos,
seré recompensado por ti al final de
los tiempos,
mas si en algo yo fallara, se que
sería mi hermano
juez y verdugo, y tú el continuador
para el castigo a mis faltas.
DDP
Elsa: Quiero compartir contigo esta composición que leímos el día
de nuestra graduación como médicos, siendo muy aplaudida.
de nuestra graduación como médicos, siendo muy aplaudida.
Mil gracias Eduardo Martínez Zendejas. (México). Ojalá todos los médicos pensaran igual.
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