Su canto de tierra que vuela
bendice la vida que vibra,
presencia de América entera,
origen que guarda vigilia.
Regresa al mandato del fuego
y nace el rastro de su raza
al verbo heroico del ancestro
en su nostalgia de resolana.
Aura de monte, libro de viento,
lucero de ardientes zorzales:
sus ojos, aljibes de cielo,
consuelan la sombra en la tarde.
Zunilda Méndez, abuela Toba,
cura males, tocando el alma,
como el Maestro su mano posa,
sana heridas con su palabra.
Su estirpe de mito proclama
el salmo agreste sin olvido,
antes del barco el trino estaba
latiendo en designio nativo.
Misterio antiguo en su garganta,
un linaje de tierra pura,
milenios de danza encarnada
al sonido que busca la luna.
Letra y música: Bosquín Ortega
Mil gracias Bosquín. Hermoso poema. Te lo agradecemos.
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