Soy la tierra,
soy tu madre,
soy el vientre
de tu padre,
guardo el gene
del abuelo
que brota en
hijos al vuelo.
Cuida el fruto
de la herencia,
madurada en mi
paciencia,
el oro negro del
suelo
que alza vigor
hacia el cielo.
Cuida el llanto
de la lluvia
del veneno que
la enturbia,
los glaciares
del deshielo
y las cuencas
bajo el velo.
Cuida la selva y
el huerto
del sicario del
desierto,
el carbón y el
fuego en celo
para el pueblo y
su desvelo.
Te doy el valle
y la montaña
y el trigo sin
la cizaña,
el diamante y el
dorado,
en la piedra y
el bañado.
Te dono el agua
y el aire,
que compartas
sin desaire,
tuyos, la savia
y la rama
y el silencio
que te clama.
Ya mis pechos se
han secado
por la usura que
ha saqueado,
soy la tierra
sublevada:
ya soy furia
desatada.
Letra y música: Bosquín Ortega –
bosquinortega007@gmail.com
¡Cuánta verdad en tu poema Bosquín! La tierra se está cansando verdaderamente.
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