-Un rayo cegó tus ojos pero curó tu ceguera, te abrí los ojos del alma para que en Jesús creyeras.
-Desde hoy te llamas Pablo y Apóstol tu serás.
-¿Apóstol? Ardua tarea, no van a creer en mí. Yo perseguía a los tuyos ¿Cómo les hablo de Tí?
-No temas Pablo, no temas, utiliza tu saber, pondré fuego en tus palabras, seguro vas a poder.
Iba Pablo por el mundo anunciando la verdad de Cristo Resucitado que a todos vino a salvar.
En Antioquía, cristianos los empiezan a llamar y sigue con los viajes encendido el corazón: Listra, Derbe, Atenas, Roma y también Jerusalén, sufriendo persecusiones, cadenas, cárcel, dolor.
-A mí me pondrán cadenas no a la palabra de Dios.
Se comunica por cartas con los que ya visitó, los alienta en la esperanza firme, en la Fe y el amor.
-Yo combatí el buen combate, mi carrera terminó pero la palabra vive ahora ¡Anúnciala vos!
Concepción Costantino
Tú si que anuncias la Palabra Concepción. Te felicito
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