domingo, 19 de enero de 2020

TESTIMONIO DE ADRIÁN ESCUDERO SOBRE LA VIRGEN DE SAN NICOLÁS

TESTIMONIO DE ADRIÁN ESCUDERO SOBRE LA 
VIRGEN DE SAN NICOLÁS

Maravilloso testimonio de fe, querido Bernabé... Aombroso. Y exquisitamente narrado. Ya hace unos meses que vienes confirmando que tu pluma se mueve al compás de lo inefable, y esas dotes cronicales no son merca casualidad. Dios existe, y se comunica a través de uno de sus hijos más queridos...

Al respecto, creo haber tomado conocimiento tiempo atrás de este documento, cuya relectura me ha producido nuevamente una profunda emoción.

Es que en mi caso, y según te comentaba en aquella oportunidad, pude asistir frecuentemente los tres primeros años de videncia de Gladys de Motta del fenómeno mariano que tan bien describes, allá por los ´80. Hace poco cumplí 69. Tengo incluso el material con las revelaciones diarias que durante esos años hiciera Mamá María a su vidente, persona que hace pocos años recibió los estigmas de Cristo, y a partir de allí cesó su videncia mariana.

Y a nosotros, con María Teresa, mi esposa, nos sucedió que saliendo la Virgen en su preciosa imagen de San Nicolás, de la Catedral de San Nicolás para la procesión hasta el Campito (donde todavía la BASÍLICA no era sino un gentil pedido de Nuestra Madre), en esa jornada vespertina, de cielo nuboso, los cielos se abrieron en el instante en la Madre traspasaba el umbral del atrio de la Catedral, y el sol comenzó su increíble giro astral. Fue algo majestuoso por cierto, y dimos gracias a Dios que confirmaba de este modo la fe de tantos millares de fieles que, de toda la Argentina, venían a visitar a su Madre Celestial.

Quiera Dios poder renovar aquellas visitas, a las que incluso hacíamos con los hijos a cuestas. Pero era una satisfacción sentirse parte de esa porción del Pueblo de Dios, que con su presencia y manifestación afirmaba nuestra fe, esperanza y caridad.
¡Gloria a Dios! ¡Mamá María Mensajera de su Hijo, el Príncipe de la Paz!
Gracias por abrirme a estos recuerdos, amiga Bernabé.

Fuerte abrazo de Luz Crística. ¡Paz y Bien! Y permíteme compartir estos testimonios con algunos amigos en las letras, y hermanos en la Fe y Humanidad...
¡Ora et labora!

Adrián.-
 
Querido Adrián. Este testimonio tuyo sobre la Virgen de San Nicolás, en sus principios, a tu amigo, me trajo el recuerdo permanente de mi unión a esa Tierra Santa que desde el primer momento tuve, con mi familia. Lamentablemente nunca tuvimos la oportunidad de ver el movimiento del sol y eso que íbamos durante muchos años cada 6 meses. Siempre dije que ese movimiento era para los privilegiados y tú lo fuiste. ¡Gloria al Señor! Bendiciones. Elsa Lorences  

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