Bienvenido a Tafí del Valle
“Mi Nido Eterno”
La
moderna, vital, optimista y entusiasta
industria del turismo muestra al mundo un valle tafinisto burbujeante,
con la
alegría de sus verdores, la comodidad de su hotelería y demás
instalaciones, la
eficiencia de sus transportes y la cumplida atención a sus visitantes.
Bien. Es
esa una forma de apreciar este Valle, que brinda a quienes lo visitan el
esplendor de sus paisajes y las delicias de su clima. Hoy en pleno
verano el valle se encuentra cubierto de un verde esplendoroso
ensalzando su imprevisible
agitación misteriosa y milenaria. Sin embargo a mí, acriollado en el
lugar,
consustanciado con sus esencias, partícipe de sus tradiciones que
gracias a
Dios en buena medida se mantienen vivas, me corresponde darles el
acogimiento
desde otro Tafí. Un Tafí que no es del pasado ni del futuro sino que es
perenne, que es eterno y que se mantiene vivo en sus aires, en su
Ashpapúyojs,
en el canto de sus aguas, en el claro sol que ilumina sus cumbres. Me
refiero a
aquel Tafí que fuera centro de comunicaciones entre los Valles que
llevan al
altiplano y las quebradas que se vuelcan sobre la llanura tucumana. El
Tafí
transitado por Diego de Rojas y por Juan Núñez De Prado los días en que
nuestra
patria nacía. El Tafí que fuera la “Tambería del Inca” cuando dos
pueblos se
acoplaban aquí, transfiriendo sus culturas, de aquellos Diaguitas cuya
estirpe
ha encontrado nuevas venas para seguir manteniéndose en el tiempo. Y más
aún:
este Valle nos pone en contacto con ranciedades que sumergen sus raíces
en
misterios insondables. Los Menhires. Esas piedras esculpidas con signos
de
abstrusa, esotérica e inasequible interpretación y ajenos a lo que se
hacía en
estas partes de América. Los Menhires – se ha dicho, pueden ser
testimonios de
la presencia en estas tierras de los antiguos desterrados de la Ciudad
de
Troya. Hay una historia milenaria que en ellos ha tomado forma y espera
que
seamos capaces de desentrañarla. Y si no fuéramos capaces de
desentramarla, por
lo menos que recibamos con reverente veneración la memoria de los
primeros
abuelos, que hallaron forma a través de la piedra, y que también están
presentes en el agua, en el canto del viento en los aybales y en la gota
de
rocío amanecida sobre los pétalos del amancay. Hoy, que me toca ser
anfitrión
por el mero hecho de ser tucumano, tengo el honor de decirle a los
visitantes
¡bienvenidos! SÍ, muy bienvenidos. Pero por favor, tengan en cuenta que
ésta no
es sólo tierra de importantes consumos sino, también, del entorno que
conserva
la memoria de las más límpidas raíces de nuestras esencias patrias.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
#Tucumán #Argentina
Hermosa descripción de tu lugar en el mundo. Yo, como visitadora por dos o tres veces (ya perdí la cuenta de mis viajes) de Tafí, quiero agregar el maravilloso trato que siempre hemos recibido y que nunca olvidaremos. Gracias a todos. Bendiciones. Elsa.
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