“La Virgen Voló a los Valles”
En este Tafí del Valle eterno, perenne, inmemorial, el que todavía mantiene viva sus tradiciones milenarias con el canto de sus aguas, el claro sol que ilumina sus cumbres y el apretado aspapuyo que cubre sus vestigios ancestrales, florece una nueva devoción.Nuestra Señora de la eucaristía. El cielo radiante de la quebrada ilumina las sombras aterciopeladas de los contornos del cerro. Ya casi es mediodía y los rayos del sol caen en picada sobre centenares de siluetas que se esfuerzan en llegar. En plena primavera el valle se encuentra cubierto de nieve ensalzando su imprevisible agitación misteriosa y milenaria. Comienza la lenta subida desde la capilla de San Andrés, en la zona de “Las Carreras”, hacia la cima de La Mesadita. El ascenso por el cerro pelao, sembrado de piedras…de pircas y de cactus en flor se hace imperceptible. Se siente vivo en el aire y en cada roca el canto del viento…Cada paso es un arrojo que se recompensa con el ramalazo fresco de la montaña…Adelante van los violinistas y bombistos anunciado con su música alegre el paso de la Virgen…Sube la virgencita entre los pajonales, enlazados por aybales e iros, en un enigmático silencio. Un mensaje de paz y unión se encumbra sigiloso para los pueblos de la región, bajo el signo de la Cruz…Se siente el indestructible murmullo de aquellos Quilmes y Diaguitas cuya estirpe ha encontrado en sus devotos nuevas venas para seguir manteniéndose en el tiempo…En su ascenso por la cuesta, el atuendo de la Virgen de la Eucaristía se mezcla con los distintos matices de verde de las montañas que la rodean... En sus brazos la Reina de los cielos, junto con el Niño Jesús, sostiene un racimo de uvas. Aunque el sol se esforzaba por entibiar la mañana los charcos seguían congelados.La marcha continuaba lentamente, despreocupada…risueña al compás de bombos, violines y guitarra. Todo el entorno coronado por montañas blancas, y la luz del sol, en medio de esa inmensidad silenciosa, encendía aún más la figura esplendorosa. La Imagen de la Virgen se deslizaba por el camino de la fe rodeado por cuatro banderas. La argentina…la papal…la de macha y la de los pueblos originarios. A cada paso los lugareños la honraban ataviados con sus mejores trajes a la Novia que subía a su altar. La figura de nuestra Señora engalanada con vivos colores.La que antes del año 2003 nadie conocía…llegaba a la piedra escogida. Arribaba a su apacheta. El altar de piedra y jarilla se elevaba apuntando al cielo para honrar a la Madre de todos los tiempos. La madre tierra y la Pachamama, suministró la señal para que el tiempo pasado estallara sobre el presente…como el polen de las flores, añadiendo al rustico tabernáculo…la imagen más perfecta de la libertad y liberación de la humanidad. El cosmos en su inmensidad reveló como una gran premonición la manifestación del entonces párroco de la ciudad de Yerba Buena…Tucumán. El Reverendo Padre Dr. Jorge Gandur…Él había visto en una visión a la señora con las uvas en sus manos que simbolizan el fruto de la vid, el vino, que es la sangre de Cristo, y el Niño en los brazos de María, entre los obsequios de casamientos olvidados en una devota tucumana…precursora de la nueva devoción. Hoy se convirtió en un nuevo regalo. Un gran legado para toda la comunidad que abrazaron la devoción y la propagaron por todos los valles. El paisaje aceitunado de la quebrada, tan verduzco como el manto de la Señora de la Eucaristía se convirtió en una colosal Iglesia a cielo abierto, en donde sin duda se cavaran los cimientos de lo que será la gruta circular con techo de paja como lo pidió María, respetando el diseño de los pueblos de la región. Al atardecer…el silencio volvió a adueñarse de La Mesadita. Pero la montaña no se quedó sola.Una pequeña imagen de Nuestra Señora de la Eucaristía le hace compañía desde ese día y para toda la eternidad. Feliz Año 2020.
Dr. Jorge B. Lobo Aragón
#argentina #tucuman
Hermoso relato Dr. Jorge Lobo. Para los que hemos tenido la Gracia de Dios de conocer Tafí, al leerlo va caminando con la Virgen. Ella proteja al pueblo argentino. Amén. Elsa
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