Maria derrama lágrimas verdaderas desde una imagen en Nicaragua, de manera abundante y frente a una multitud que la contempla.
Vivimos tiempos de violencia
social creciente, y Ella nos acompaña en el dolor, anticipando más dolor
aún. Dios nos da estos avisos para que comprendamos que El nunca nos
abandona, siempre está con nosotros, aún en medio del dolor.
Contemplemos este milagro, y volvamos nuestro corazón a Dios, porque es lo que Ella espera de nosotros.
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