Carta Al Director
4 de Diciembre
Día del Discapacitado
Vengo sosteniendo
desde hace muchos años “que no existe la discapacidad”, ya que dicho término
encierra un contrasentido. Capacidad es la potencia, son las
fuerzas, con que “Dios” nos dotó para vivir
plenamente nuestra vida. Insisto no existe la
discapacidad, el hombre nace y es siempre entero, completo, capaz, porque es hecho
a imagen y semejanza de “Tata Dios”. Si estamos vivos es para vivir del todo,
con todo. Se puede decir y no le tengamos miedo a las palabras que somos
rengos, ciegos, mudos, paralíticos, que tenemos uno o varios problemas físicos
y psíquicos, pero que no somos capaces, eso sí que no. De hecho a muchos nos
falta física o psíquicamente algo, o mucho que haría que nuestra vida sea mucho
más fácil. Podemos tener enormes dificultades, pero todos sabemos que algo
maravilloso, misterioso e innegable, yo diría que LA MANO DE DIOS nos ayuda a pelear, a vencer, a no flaquear.
Tenemos que estar siempre preparados, alertas para luchar más o más. “No te
sientas vencido aún vencido”, dice el poeta y tiene razón. A mí, el destino me ha concedido el
privilegio de participar de dos categorías. La de una persona con un
problema (pierna ortopédica),
que hace lo posible por igualarse a sus prójimos y así brindarse a los
demás, y la de un hombre público, que le ha tocado en honor ocupar
numerosos cargos públicos (muchos de ellos electivos), y de gestionar la creación
de una comisión que ahora está vigente en la Legislatura Provincial de mi
Provincia, destinada a velar por “la
familia por los menores y también por los discapacitados”. Debo decir que en la
mayoría de los casos no estamos solos, nuestros hijos, mujeres,
padres, hermanos y amigos nos rodean y nos ayudan al considerarnos uno más del
grupo familiar, y se nos convierte en personas iguales a los
demás. El orgullo o la dignidad de ser persona, hace que antes que
aceptar una expresión de lástima, seamos capaces de mordernos y no pedir ayuda. “La mano del piadoso nos quita
siempre honor.” dice el poeta (“Machado”),
y lo comprendo. No puedo hablar por el
ciego, que estudia en Braile y se gana la vida, ni por el sordo, que lee los labios y se integra así al mundo; o por el paralítico, que por andar en sus muletas y en su
silla de rueda, desarrolla un tórax de campeón. No puedo hablar por ellos,
pero los comprendo y valoro todo el esfuerzo, las garras y el sudor que
necesitan para hacerlo. Discapacidad? NO, eso es supercapacidad, es heroísmo.
Cada uno de nosotros tiene una historia diferente en el que factor común es el esfuerzo
y la fe. La voluntad, esa facultad humana por excelencia debe
ser nuestra aliada, nuestro sostén permanente. Con voluntad suplimos
todas nuestras dificultades y siempre está allí “Tata Dios” que nos manda un
cable. La voluntad, tesón para resistir, para emprender,
para no cejar. Perseverancia y orgullo para demostrarnos que a pesar de todo,
contra todo, podemos. “Arriba los corazones, siempre más allá”, si Dios
nos toco es por algo, quiere mucho más de nosotros, no nos quedemos jamás en la
mediocridad. Siempre es posible enfrentar a las adversidades y ganarle. Siempre
es posible mejorar. Se puede…Siempre se puede.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
#Argentina #Tucumán
Hermosa la Reflexión que nos plantea Dr. Lobo Aragón y hermoso su trabajo de pelearla por los menores y también por los discapacitados. Ojalá consiga llevar a esos niños todos los recursos que necesitan para su inserción en la vida. Se lo deseo de corazón, porque yo tuve experiencias nefastas en una época que fui Madrina del Hogar Promover de aquí de Capital.
La discapacidad existe lamentablemente y en aquellos tiempos peleábamos muchísimo para recibir la mensualidad que se necesitaba para dar de comer a niños totalmente inmóviles, tirados en sus camas sin posibilidad de moverse. Fueron muy duras esas épocas y al mismo tiempo muy beneficioso para mi alma pues allí me di cuenta de las Gracias permanentes que debemos dar a Dios los que tuvimos hijos sanos.
Gracias Dr. Lobo Aragón por haber tocado este tema tan delicado y haberlo planteado con un fin de esperanzas y de que sí se puede, pero pido a Dios que también se acuerde de esos otros niños totalmente discapacitados para que no sean abandonados a una suerte realmente desgraciada. Dios lo bendiga y bendiga su hacer. Mil gracias por compartir.
Elsa Lorences de Llaneza.
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