Mirando el árbol de Navidad
creo sentir la soledad
y me pesa la melancolía
sabiendo que ya no están...
Encuentro en el pesebre
nuevamente la paz.
Mirando al Niño lindo
vuelve la alegría
en mi corazón estar.
En las fiestas
se instalan como invitados
las ilusiones, la esperanza
el mensaje celestial
de la Navidad.
No quiero tristeza
puede ser melancolía,
por no saber mirar
al Niño, mensajero de
la alianza que se hace realidad.
Mi corazón es un pesebre
que alberga al Niño de la paz.
espero cobijarlo, cariño darle
ternura y gracias
a Dios Padre demostrarle.
Mirando el árbol de Navidad
en mis pensamientos
estalla la inquietud por dar,
ser testimonio de quien
vino a salvar y abrir los corazones
de toda la humanidad.
Graciela Río Lobos
Es verdad lo que dices Graciela. Me atreví a adornar tu poema con mi pesebre. Es chiquito pero tiene en él todo el cariño mío y de mi familia. Que él te bendiga. Elsa. Lorences de Llaneza.
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