María
se presentó en el Cerrito del Tepeyac al Indio Juan Diego, hoy San Juan
Diego, y de manera totalmente sobrenatural nos legó una imágen de Ella
misma impresa en el ayate, o poncho, de Juan Dieguito. Hoy en la Ciudad
de Mexico las multitudes acuden a venerar ese milagro viviente, que
expuesto en la Basilica, sigue atrayendo a las multitudes.
Mil gracias Virgencita Guadalupana. Vela por nosotros que recurrimos a vos. Amén.
Elsa Lorences de Llaneza.
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