Los santos de Nuestra Iglesia la revisten de la Gloria del Señor. Y es quizás el sufrimiento que ellos viven al enfrentar los milagros que Dios hace a través de ellos, lo que más los convence de la realidad de ser indignos mensajeros de la Gracia. Ellos saben que es Dios el que todo lo hace, por su intermedio, y por eso asumen con dolor la misión que Dios realiza a través de sus vidas.
San Antonio de Padua, un incansable predicador y testigo de maravillosos milagros que Jesús concedió a sus manos y su voz, se nos presenta hoy en esta hermosa película. San Antonio es a quien se reza por nuestros hijos cuando pedimos al Señor para que formen una santa familia, en la sabiduría que la gente desarrolla por medio de las devociones populares.
Les presentamos esta película para que la disfrutemos con un corazón abierto, para que se llene nuestra alma del anhelo de ser santos, como Dios espera de nosotros.
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