«Hay que dar cumplimiento a toda justicia ordenada por Dios»Juan procede a la ceremonia y el Espíritu de Dios desciende para anunciar:
«Este es mi hijo muy amado, mi predilecto »Los cristianos han visto en esta escena el misterio de la Trinidad. Se consideró como una manifestación o epifanía o teofanía, cuya fecha de conmemoración se puso en la Iglesia Catolica Apostolica y Romana, el domingo después del 6 de enero, fecha que se celebra la fiesta de los Reyes Magos.
Las representaciones del bautismo de Cristo aparecen en la pintura paleocristiana y pueden verse ya en las catacumbas romanas: en un fresco de la catacumba de Calixto o en la cripta de Lucina del siglo II. Es una composición sencilla en que sólo aparecen las dos figuras de Jesús y Juan.
A partir del siglo VI, en la pintura bizantina la escena se enriquece con otros detalles, como la presencia de ángeles que actúan como acólitos. El mismo río Jordán toma a veces protagonismo y los artistas hacen de Jesucristo expresión artística y lo representan con barba. Otro elemento que se introduce a veces es un ciervo que bebe pacíficamente en la orilla.
En los siglos XIII y XIV, acomodándose a los cambios del ritual, en lugar de ver a Jesús Y sumergido en el agua, se ve a Juan que la derrama sobre su cabeza con la ayuda de una concha. Tal es la escena que puede contemplarse en los bajorrelieves de la puerta de bronce del baptisterio de Florencia (1335). Los artistas del Renacimiento, como Cima da Conegliano, relegan el tema de la Trinidad para destacar el propio acto bautismal; representan a Jesús orante y recibiendo el agua derramada sobre su cabeza por San Juan Bautista, mientras los ángeles participan del acto solemne. Esta tipología, con los dos protagonistas más el coro de ángeles, será la más difundida durante los siglos XVII y XVIII.
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