Hay una frase de San Agustín que dice: "SEÑOR, NOS
CREASTE PARA TI Y NUESTRO CORAZÓN ESTARÁ INQUIETO HASTA QUE DESCANSE EN
TI".
Algo muy importante de esta cita agustiniana es la palabra:
"inquieto". Estoy comprendiendo por que he sido toda la vida inquieto
y lo sigo siendo caminando ya hacia la octava década de mi temporal existencia
en este mundo. Cuando uno desea ser sensato, quiere ser sincero con lo que
siente, auténtico y humildemente leal, se manifiesta una inquietud profunda y
constante hacia lo trascendente, hacia un encuentro.
Viviendo el encuentro, se inicia otra búsqueda cada vez con mayor
profundidad. Es que la inquietud es como el hálito de Dios que llevamos dentro
como criaturas del Señor. Es la marca que el Creador ha dejado en cada uno de
nosotros.
Mientras tal inquietud exista, existirá la RELIGIÓN que nos
arraiga con libre albedrío a Dios. Religión es asumir una relación directa y
profunda con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y saber que la Divina
Trinidad nos ama y salva.
El que vive en Dios y cree en su palabra no está solo, buscando
constantemente alcanzar una vida digna y moralmente elevada. El Padre nos envió
al Verbo (Jesucristo hecho Hombre), y con Él al Espíritu Santo para que
conociéramos la verdad absoluta de la vida...
Digamos con San Ignacio de Loyola: "Tomad, Señor, recibid
toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad. Vos me lo
disteis, a Vos Señor lo torno, todo es vuestro, disponed de mi vida a vuestra
voluntad. Dadme vuestro amor y gracias, que eso me basta". ¡AMÉN!
Miguel
Ángel Migliarini
San
Nicolás de los Arroyos, 28 de enero del 2015.-
Gracias Migue Ángel Dios te bendiga.
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