viernes, 27 de noviembre de 2020

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ARISTOS INTERNACIONAL  ALICANTE -ESPAÑA

NOVIEMBRE 2020


La más noble función de un escritor es dar testimonio, como acta notarial y como fiel cronista, del tiempo que le ha tocado vivir.

  

                                                      EDITORIAL                                         

 

EL ARTE DE ESCRIBIR
Dra Eunate Goikoetxea
Alicante-España


El acto de escribir es catártico y es  en sí una forma de reflexión. Sirve para digerir ciertos hechos. Dialogar conmigo misma  y al mismo tiempo con el mundo. Me ayuda a desenfocar la realidad y, de esta manera, encontrar aquellos otros significados que solamente, en ocasiones, se guardan en el subconsciente.

El proceso introspectivo que se realiza al escribir, se va desarrollando en cada una de las líneas que voy dejando en el camino. Este camino que se ensancha a medida en que logro descifrar el verdadero contenido de mis palabras, de lo que quiero  decir.

Porque escribir es quitarnos las capas de suciedad que se nos van impregnando con el día a día Escribir es meditación activa. Es ir al encuentro con el sentido de las palabras donde habitamos.

Pensar sobre el papel también es una forma de lectura pues, no solamente logramos darnos cuenta del valor que tiene en sí misma la escritura, sino que seremos testigos de lo beneficioso que resulta leer. Leernos.

Escribir, entonces, para valorar la fuerza de la palabra. Escribir para desnudarnos ante el mundo. Escribir para ser juzgado por los demás. Escribir para quitarse máscaras. Escribir para ser más críticos. Escribir para lograr entendernos. Escribir para llegar al otro lado donde también alguien nos espera.

La escritura es una válvula de escape, el volcán en activo que nos permite seguir siendo para no reventar de un momento a otro.

Tendré que intentar desnudarme  ante la hoja en blanco, valdrá la pena el ejercicio para ver qué es lo que tengo  que decirme. Hablar claro es lo que exige la escritura. Ante la hoja en blanco no se puede tartamudear ni salirse por la tangente.

El espacio vacío que es la página en la que se escribe, me invita a regenerar nuevamente nuestro mundo interno. Así, veré qué es aquello que contengo. Escribir para poder hablar con claridad 

Hagámoslo para no quedarnos únicamente con la visión que proyectamos delante del espejo. Con la percepción superficial de nosotros.

                        

 Querida amiga, yo trato de hacerlo, pero luego leo lo tuyo y me siento como una niña de mamadera. Dios te ha regalado talentos increíbles. Ojalá te los conserve hasta el final de los tiempos.   Elsa Lorences de Llaneza.

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