El
Padre Gabriele Amorth fue el más grande exorcista del siglo XX, y fue
también cabeza de los exorcistas alrededor del mundo. Muchisimas
anécdotas conocemos de él, de sus experiencias en liberaciones, y de
como en ellas él conminaba en Nombre de Dios a decir la verdad a los
demonios. Aún tratandose del principe de la mentira, ante el poder del
exorcista que representa a Dios mismo, fue obligado a confesar verdades
que no le causan ninguna alegría. Aqui compartimos con ustedes un
hermoso soneto que fue obligado a repetir donde confiesa que María fue
concebida sin pecado.
No te pierdas este fuerte y hermoso relato sobre nuestra Madre del Cielo.
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