“Dios lo
quiere”
Jerusalén
Se supone que el
fenómeno de la bilocación o desdoblamiento que se me ha concedido es un hecho
natural sin consecuencia. Muchos imaginan que puede ser durante el periodo del
sueño o durante la transición del sueño a la vigilia. En mi caso es una
manifestación mental intensa que se interrumpe por periodos. Un fenómeno
maravilloso que pone de manifiesto la gran espiritualidad del ser humano. Un
privilegio que me dio la posibilidad de volar y soñar como un pájaro. Los
espacios de tiempo o regresos solían angustiarme ante el temor de un despertar
sobresaltado. Pero la búsqueda inagotable del conocimiento y mi espíritu
aventurero me llevan sin titubear a lugares peligrosos o sorprendentes.
Nunca puedo saber mi destino, salvo el que Tata Dios me depare. Hoy el
misterio me llevó a Tierra Santa. Jerusalén. Los
cristianos, por devoción, visitaban estos lugares sagrados. Santa Elena,
madre del emperador Constantino, había hecho construir templos en los sitios
que recordaban el paso del Señor. El peregrinar hacia los
lugares sagrados es anterior al cristianismo, pero el catolicismo le daría una
especial espiritualidad con las gracias reconocidas por los pontífices a los
fieles que peregrinan con la debida unción. Los persas dominaron el país,
después los árabes. Las caravanas de fieles devotos se multiplican, como
también la aparición de los turcos seljúcidas, hombres duros, feroces, que oprimen a los cristianos
de la Palestina y a todo el oriente cristiano. En mi vuelo me pregunto. ¿Será imposible visitar piadosamente la
tierra santificada? En la Edad Media el occidente cristiano, la
cristiandad, está compuesta de pueblos jóvenes, pequeños pero vigorosos. A la
sabiduría clásica se le suman la energía bárbara y la solidaridad en la fe. ¿Cómo van a mantenerse indiferentes ante
el atropello? Pedro “el ermitaño” que predica en Italia, Francia, Alemania está decidido. Al grito
de Deus le Volt levantó
el entusiasmo de miles de cristianos. Vamos a poner orden en la Tierra Santa y
a librarla de tiranos. ¿Que los
infieles pueden matarnos? Pues
claro que sí, pero revistámonos con
la Cruz del Salvador y en el otro mundo
en el acto se nos va a ubicar donde nos corresponda. Y allá van, los veo,
cruzados con una elocuente Cruz. Hemos
venido peregrinando hasta aquí, revestidos por la Cruz, para ampliar la
Cristiandad. Y allá pasan.
Cruzan el Bósforo, con fervor y esperanza se internan "in partibus
infidelium". Triunfan
en Iconio; sin resistencia toman
Tarsis y con denodado esfuerzo,
Antioquía. Encuentran la lanza con que
fue abierto el costado de Cristo estando el Señor en la Cruz. Y con renovado entusiasmo, "Dios lo quiere",
se dirigen a Jerusalén que está en poder
de los fatimitas de Egipto. Son
20.000 soldados de a pie y 1.500 de a caballo; la defienden 60.000 turcos
aguerridos. Pero, "Dios
lo quiere". Desde mi nido fulgurante, puedo mirar el milagro. Como
un 15 de julio de 1099 la ciudad santa
es liberada de sus captores. También apreciar como el futuro gobernador cuando
le ofrecen coronarse rey de Jerusalén, manifestaba con enorme emoción. Cómo… ¿Ceñir yo
corona de oro donde Jesús la llevó de espinas?.. Solamente puedo ser un humilde defensor del Santo Sepulcro. Cuanta historia Jerusalén eterna. Estoy
sentado en mi computadora tratando de explicar y entender este regalo de
Dios. Siempre las palabras serán cortas pero lo importante es saber que para el
Señor nada es imposible. Es por eso que en este tiempo de dificultad y pandemia,
le pido a mis lectores intensa suplica a
Tata Dios para que cese el Bichito malicioso. “Dios lo quiere”. De a poco
mi ensueño me devuelve a mi cuerpo real y estoy aquí sentado contando mi
experiencia. Gracias Sion por permanecer
para siempre.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
#Tucumán#Argentina#España
Gracias por el hermoso paseo estimado Doctor. Ojalá Dios quiera oir nuestros ruegos. Dios lo bendiga. Elsa Lorences de Llaneza
No hay comentarios:
Publicar un comentario