“Domingo de Ramos”
Esperanza de Vida
En el cálido otoño siempre es bienvenida la lluvia que
venga a restituir la humedad que se robaron los secos vientos del norte…Es el
mes de Abril...05 de este año 2020…Domingo
de Ramos…en mis pagos tucumanos
al mediodía llovió. Un chaparrón modesto que alcanzaba para que las plantas
gozaran de un alivio y se asentara la tierra. Después de la lluvia el tiempo
quedó cargado…amenazante… La gente baquiana se da cuenta de que está por caer
piedra por el ruido que suele preceder a la granizada. Un eco como un trueno
que en vez de ir degradando se mantiene continuo y grave en el poniente.
Observo embelesado las miríadas de piedritas que chocan contra el suelo…el caer
de cristales de hielo desde un alto cirrus que atraviesan la humedad de
un cúmulo suena como una melodía…las piedritas humedecidas entrechocan entre si
formando una cortina de cristal…Son las tres de la tarde…La hora Nona…cuando mi
cuerpo se transformaba nuevamente en un pájaro errante para abrazar y descubrir el universo. La luz
se apartó del sol y la tierra se
oscureció al mediodía, se largó la granizada en seco como si de repente le
abrieran la puerta del cielo…Feroz...Fulminante…Al sonido de la pedrea se le
sumó el de las plantas que se desgajaban y de los árboles que se venían abajo.
Qué habrá durado…no más de quince minutos…un cuarto de hora…La tormenta a pesar
de mi estado de metamorfosis cósmica llevado por mi asombrosa bilocación me
dejo impresionado. Una tormenta mayor de viento y piedra. Una lluvia de transición que
al fin ceso. Con mi cuerpo sin mojarse pero en estado de meditación
incorpórea percibo con absoluta claridad que el firme aguacero fue un
movimiento de la naturaleza…Una alteración…Una señal como una suspensión
visible de la orden de la naturaleza. El Supremo entró en su creación…Un día y
hora elegido que nos adelanta en este mes difícil un año santo de esperanza y prosperidad
insospechada. Es que el cielo en Semana Santa necesitaba llorar de nuevo. Después
de la tormenta siempre llega la calma. El sol del eterno saldrá para siempre. En mi trasformación
etérea se desprende como un rayo un grito
de optimismo. Un nuevo Abril. Un
Marzo que nos deja para que nazca una vida nueva. Un calendario abierto nos espera aguardando el color
de una nueva ilusión. De inmediato mi
cuerpo astral toma la posición de súplica. Mi mente en un ruego vivo y
penetrante implora para que la Paz que nos brindara la Pascua de
resurrección no se apague con el cañón de la violencia. Ni se marchite el
anhelo que el hombre abriga. Que los meses que se avecinan sean gotas de amor para construir un nuevo mundo, dejando atrás el no puedo más y
él no te metas. Atrás quedó lo viejo. Nos espera lo naciente. El
Señor, con su muerte y resurrección ya está alumbrando cada mes de este año con viva esperanza.
El Espíritu, con su brisa suave nos infundirá soplos de aliento divino. La
Virgen María, Madre de Dios, marchará delante de nosotros, ayudándonos a vivir
dignamente cada hora, cada segundo, cada día y cada instante de este Año.
Desde la
altura mirando la tormenta que se
apacigua lentamente y los cristales de hielo
hundirse en el suelo ávido, una enorme placidez me cubre. Desde esa
serenidad y silencio brindo y saludo a mis lectores añorando que la
bienaventuranza
se anide en el corazón de cada uno y puedan seguir acompañándome
en mi vuelo de pájaro y sueño. Feliz
Domingo de Ramos.
Dr. Jorge Bernabé Lobo
Aragón
#Argentina #TucumánMil gracias Dr. Jorge. Igualmente para usted. FELIZ DOMINGO DE RAMOS. AMÉN Elsa Lorences.
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