A LA DOLOROSA
Te veo pasar en andas
toda vestida de negro,
hay dolor en tu mirada
y lágrimas de desconsuelo.
¡Oh, María Dolorosa,
mi corazón se desgarra
cuando pienso en tu dolor!
Yo te lo he provocado
con mi indiferencia atroz.
Perdóname Madre mía,
perdóname por favor.
Ojalá yo nunca sienta
por mis hijos tu dolor.
Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar
Publicado en la Liturgia Cotidiana Septiembre 2012
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