A LA DOLOROSA
Hay una Mujer de pie
al costado de una
Cruz,
el hombre en ella
clavado,
es su hijo el buen
Jesús.
¿Qué sentirá en sus
entrañas
la madre que lo
alumbró?
¿Qué aflicción
tendrá en su alma
viviendo tan gran
dolor?
Siete espadas le han
clavado
en su pobre corazón.
Esa Madre por
herencia
es la que Cristo nos
dio.
La que abraza y nos
comprende
cuando sentimos
dolor.
Madre mía, mi María,
que nos perdonas y
amas
a pesar de que tu
hijo
fue muerto por
nuestra causa.
Madre mía, Mi María,
como pedirte perdón
y arrancarte las
espadas
que llevas en tu
corazón.
Elsa Lorences de Llaneza
elsalorences@yahoo.com.ar
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