“El Milagro Perdido”
Garabandal
(Tercera Parte)
Una vez más conectados por un cordón de plata como si fuera una masa
resplandeciente de moléculas que vibran
a una velocidad altísima seguimos en un ensueño profundo con mi compañera de vuelo a través del espacio
y el tiempo. Pareciera ser el mismísimo cordón
umbilical que une a la madre con su hijo observamos a un mundo de grandes mutaciones, abatido,
invadidos por el caos, el temor y la desconfianza que esfuma los suaves
atardeceres y oculta la dulce entrada de la noche. Es que en este este planeta
moderno en donde vivimos y nos desplazamos, más en tiempo de pandemia muchas
veces ignoramos al techo esplendoroso que nos cobija, envuelve y nos une con el
Altísimo. Como si fuéramos LOS HIJOS DEL
ZEBEDEO como un rayo volvemos a la Aldea
de Garabandal. Era una tarde de domingo.
Observamos a cuatro niñas al lado de un Árbol descolgando sus frutos, como si fuera el mismísimo Árbol de la Vida, todo un símbolo de EXISTENCIA ETERNA.
Estaban a la salida del
pueblo, jugueteando, brincando, al comienzo de un empinado y pedregoso camino
que sube hacia un monte. Se escucha un
trueno que nos hace estremecer. Sera
verdad que Apóstoles “Santiago y Juan” nos estarán siguiendo. Es extraño, porque en el cielo no hay nubes,
solamente el azulado manto que bendice al valle. De pronto, ocurre lo inesperado. Conchita cae de rodillas, inmóvil en éxtasis. Las demás niñas
temerosas se asustan, corren, piden ayuda pero corren la misma suerte. Ante ellas se ha aparecido un ÁNGEL. Es el
Arcángel San Miguel. Nada dice…nada.
Las pequeñas de corazón puro, ingenuas, sencillas, humildes, de solamente unos nacientes añitos, llenas de confusión
y temor se refugian en el único lugar seguro de la aldea. La Iglesia parroquial. La aparición del Arcángel San Miguel ¿Quién
como Dios?, patrono y
protector de la Iglesia Universal habrá sido
la preparación para la visita de
nuestra Señora. Lo que percibimos
con nuestros sentidos fue sin duda el comienzo de lo que para nosotros iba
a ser de unos acontecimientos que cambiaron radicalmente nuestras vidas y seguramente las de otros miles
de personas. Será tal vez una última gran ayuda a los hombres para su CONVERSIÓN. Ese año que nosotros después nos cercioramos fue en 1961,
una época de enorme cambio para la humanidad. La postguerra generó una bonanza económica en el mundo occidental,
pero también un enorme deterioro de valores
morales. Los años sesenta marcaron el deseo juvenil de encontrar la paz, pero
no una paz como la que nos pide Dios, sino una paz distinta con una gran
ausencia del Eterno y sus enseñanzas. Cuatro niñas de entre once y doce años. MARÍA elige una vez más al Arcángel
y a niños como instrumentos de su mensaje. Es curioso cómo el Cielo nos marca permanentemente que la inocencia y
pureza de los niños es clave central para encontrar el camino a Dios. Ser
adulto, en este mundo, parece significar abandonar la simpleza y la claridad
con que los niños se entregan a sus padres. La entrega a Dios, nuestro verdadero Padre, y a María, nuestra
verdadera Madre, no se logra entonces si no es con un corazón de niño. Las niñas de Garabandal se encontraron con
el Cielo, representado por el Ángel Miguel sin tener especulación previa alguna
sobre lo que la vida les iba a deparar. Un caminito de piedras que sube y termina en un bosque de nueve pinos, fue el
sendero por el cual las pequeñas se encontraron con una persona muy joven y
bella, que irradiaba una gran luz, que no
dañaba la vista, y que a sus pies sostenía un cartel con ¨un mensaje¨. El mismo
cartel que al iniciar el viaje nos marcó que visitáramos Garabandal. Durante los días siguientes reparamos como se repitieron las visitas del gran protector que Dios ha puesto a nuestro lado como defensor, guía y
amigo. Ocho veces apareció el Ángel. Por fin,
el día de la fiesta de la Visitación LA VIRGEN se les manifestó por primera vez con el NIÑO JESÚS Y DOS ÁNGELES. A
uno de los ángeles lo reconocieron, el
otro que parecía idéntico y que seguramente fue el Arcángel San Gabriel el portador de la noticia de la Encarnación,
la que con su imagen que representa la pureza, anunciaba y acompañaba la llegada de
la FLOR DEL UNIVERSO. “Yo estaré siempre contigo y con todos mis hijos”. Esta historia con la aparición de la Virgen del Carmen, seguramente la más hermosa de la humanidad
desde el nacimiento de Cristo la seguiremos narrando gracias a nuestra alucinación privilegiada.
El Aviso que se profetiza en Garabandal, también parece habérsele anunciado a Sor
Faustina, Apóstol de la Divina Misericordia por Nuestro Señor Jesucristo: Jesús
le dijo a Sor Faustina: “Escribe esto: Antes de venir como Juez
Justo, vengo como Rey de Misericordia. Antes de que llegue el día de la
Justicia, será dado a los hombres este signo en el cielo. Se apagará toda
luz en el cielo y habrá una gran oscuridad sobre toda la Tierra. Entonces aparecerá
en el cielo el signo de la Cruz y de los orificios donde fueron
clavados los pies y las manos del Salvador, saldrán grandes luces que por algún
tiempo alumbrarán la Tierra. Esto sucederá poco tiempo antes del Último Día”. FELIZ DÍA DE LA DIVINA MISERICORDIA.
Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón
#Tucumán
#Argentina #España
Es una hermosa historia Doctor la de Garabandal. Pocos la conocen. Mil gracias. Feliz día para usted también. Que la Divina Misericordia ilumine nuestros caminos. Bendiciones Elsa Lorences de Llaneza
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