"CRESTA ROJA"
Ahí estaba el cardenal, luciendo su cresta roja
mirando desde la copa de aquel frondoso ceibal,
balanceándose al compás del viento tibio de enero
que despeinaba agorero, sus ansias de libertad.
En una jaula de oro, apresado. Prisionero
su trino no fue gorjeo.
Él, nunca volvió a cantar,
se detuvo a lamentar su destino traicionero
mientras solamente espera el tiempo de su final.
Su cresta roja destiñe pluma a pluma y por entero
como sangre que gotea, por su triste realidad
mientras recuerda que allá, en su nido ya habrán muerto
los pichones que han nacido sin cobijo y sin piedad.
Que dura mano castiga su derecho sin consuelo,
si solo la libertad del pájaro es su destino,
que sus alas van camino de la inmensidad del cielo
que no puede atraparse el vuelo porque es de Dios y la vida
y sin embargo, castiga el hombre, en su impunidad.
Sarah Petrone
Te mando un abrazo. Y ojalá que pronto, también nosotros tengamos la libertad que hoy se nos limita por este virus. Besos.
Excelente Sarah. Así es. Dios te escuche. Bendiciones Elsa
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