A TU DOLOROSA PASIÓN
Jesús mío Jesucristo,
carne inmolada por mí.
Siento en mis manos tus clavos
y en mis pies tu padecer.
Sigo tu inmenso martirio
comenzado allí, en el Huerto,
cuando orabas, implorabas:
“Hágase tu voluntad,
Padre mío tan amado”.
Imagino tu tristeza
y también tu decepción,
Ayer todos te aclamábamos,
hoy sin más te rechazamos
o por valores mundanos,
tal vez por treinta monedas,
te entregamos, te ignoramos.
Cada látigo en tu cuerpo
es perdón a mis pecados,
cada espina en tu cabeza
es darte vuelta la cara.
Cargaste sobre tus hombros,
mi cruz y la cruz del mundo,
y aún la sigues cargando.
Tanta veces yo tropiezo...
Tantas veces Vos caíste
Fue tu infinita ternura
que te volvió a levantar.
Busco tu rostro en lo bello,
no lo busco en el Sudario.
Y es allí dónde se encuentra!!
En ese Santo Sudario
donde vergüenza y dolor
se dan abrazo de hermanos,
para entregar en tu Cuerpo
tu perdón, tu gran amor.
Te buscaré en tu Palabra,
te buscaré en el Altar
y será la Eucaristía
nuestro encuentro de perdón,
nuestra fiesta por tu amor.
Alabado Jesucristo,
Señor de la Eternidad.
Jesús mío Jesucristo,
carne inmolada por mí.
Siento en mis manos tus clavos
y en mis pies tu padecer.
Sigo tu inmenso martirio
comenzado allí, en el Huerto,
cuando orabas, implorabas:
“Hágase tu voluntad,
Padre mío tan amado”.
Imagino tu tristeza
y también tu decepción,
Ayer todos te aclamábamos,
hoy sin más te rechazamos
o por valores mundanos,
tal vez por treinta monedas,
te entregamos, te ignoramos.
Cada látigo en tu cuerpo
es perdón a mis pecados,
cada espina en tu cabeza
es darte vuelta la cara.
Cargaste sobre tus hombros,
mi cruz y la cruz del mundo,
y aún la sigues cargando.
Tanta veces yo tropiezo...
Tantas veces Vos caíste
Fue tu infinita ternura
que te volvió a levantar.
Busco tu rostro en lo bello,
no lo busco en el Sudario.
Y es allí dónde se encuentra!!
En ese Santo Sudario
donde vergüenza y dolor
se dan abrazo de hermanos,
para entregar en tu Cuerpo
tu perdón, tu gran amor.
Te buscaré en tu Palabra,
te buscaré en el Altar
y será la Eucaristía
nuestro encuentro de perdón,
nuestra fiesta por tu amor.
Alabado Jesucristo,
Señor de la Eternidad.
Susana Beatriz Gandini Andrés
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