EL BAUTISMO DE JESÚS, COMIENZO DE SU MINISTERIO (Domingo + 6 de enero)
Luego de la Epifanía o celebración de los Reyes Magos, al domingo siguiente, celebramos el Bautismo del Señor.
Lo realizó Juan el Bautista, su primo, hijo de Isabel, que había nacido 6 meses antes que él.
Con
esta celebración culmina el ciclo del nacimiento y manifestación de
Jesucristo y comienza el ciclo del tiempo ordinario en la Liturgia de la
Iglesia.
Es tiempo de desarmar el árbol y el pesebre.
¿Qué pasó en el Jordán? ¿Qué importancia tiene? ¿Cuál es el significado de Juan Bautista para la historia de salvación?
QUE SUCEDIÓ EN EL RÍO JORDÁN
Juan el Bautista fue un mensajero designado por Dios.
Antes
de que Jesús comenzara su ministerio, Juan fue anunciando a las
personas a lo largo de la regiones de Judea y Jerusalem que se
prepararan para la venida del Mesías.
Él estaba llamando a arrepentirse, a que se convirtieren de sus pecados y ser bautizados. Estaba señalando el camino a Jesús.
Entonces Jesús apareció en la escena. Jesús fue a Juan para ser bautizado, pero Juan le dijo que no necesitaba ser bautizado.
“Soy yo el que necesita ser bautizado por ti, ¿tú vienes a mí?”
Entonces Jesús le dijo:
“Que sea ahora. Es apropiado para nosotros hacer esto para cumplir con toda justicia”
Juan entonces consintió y bautizó a Jesús. Cuando Jesús salió del agua, el cielo se abrió, y el Espíritu de Dios, como una paloma, descendió sobre él.
Los testigos del bautismo oyeron una voz del cielo que decía:
“Este es mi hijo muy amado, mi predilecto”
EL MENSAJE DE JESÚS
¿Por qué Jesús fue bautizado por Juan? ¿Necesitaba convertirse, cambiar de vida?
Jesús no necesitaba ser bautizado por Juan, porque no necesitaba cambiar de vida.
Pero
se somete al bautismo de Juan porque de hecho, iba a comenzar una
"nueva Vida": Su ministerio público, la predicación del Reino de Dios.
Jesús siguió la costumbre que tenían muchos judíos de su época.
Dice la Palabra que Jesús se hizo semejante a todos los hombres en todo (Flp 2,7).
También Jesús cuando fue a que Juan lo bautizara, hizo un acto de humildad Mt: 3,15.
Es la única persona que podría haber dicho con verdad,
“Yo no soy como el resto de los pecadores” en su lugar ha comunicado al recibir el bautismo de arrepentimiento de Juan el Bautista,
“me cuento como un pecador entre los pecadores aunque he hecho nada malo”
PERO HAY MÁS
Tiene un sentido teológico importante: Jesús se suma a la fila de los pecadores; se hace solidario con la humanidad.
El bautismo de Jesús va más allá de un simple ejemplo de humildad, sino que hay un anticipo de su muerte.
Esto
lo vemos claramente en el Evangelio de Juan (Jn 1, 29), el cual usa
intencionadamente la figura del “Cordero de Dios” para indicar la Pascua
y el sacrificio de Jesús.
Con su Bautismo Jesús es ungido (como eran los reyes, sacerdotes y profetas)
De manera teofánica como Mesías para una misión.
A partir de aquí , en Lucas , el Espíritu Santo mueve la vida de Jesús.
No es que el Espíritu no actuara antes en Jesús, sino que los evangelistas usan esta escena para escenificar la unción de Jesús.
Tal es así que en el siglo II los grupos herejes adopcionistas entendieron que Cristo fue adoptado por Dios a partir de este momento.
A finales del siglo I, los grupos del Bautista son mayoritariamente asumidos por los grupos cristianos,
pero el concilio de Trento distinguirá entre el bautismo de Juan y el
de Jesús, y entre los sacramentos de la Antigua Alianza y los de la
Nueva.
JUAN EL BAUTISTA ES UN PERSONAJE CENTRAL EN EL NUEVO TESTAMENTO
Juan
Bautista resulta una figura clave para el cristianismo porque fue
precursor del mensaje cristiano y de su rito de iniciación: El Bautismo.
Está
con un pie en el antiguo testamento y con otro en el nuevo testamento, y
por eso se lo considera el último de los profetas judíos.
De Juan Bautista hablan los cuatro evangelios canónicos y el evangelio gnóstico de Tomás.
Juan Bautista era de origen sacerdotal, aunque nunca ejerció sus funciones y se supone que se mostró opuesto al comportamiento del sacerdocio oficial, por su conducta y su permanencia lejos del Templo.
Pasó tiempo en el desierto de Judea (Lc
1,80), pero no parece que tuviera relación con el grupo de Qumrán,
puesto que no se muestra tan radical en el cumplimiento de las normas
legales (halakhot).
De su vida y conducta Josefo señala que era “buena persona” y que muchos “acudían a él y se enardecían escuchándole”.
Los evangelistas son más explícitos y mencionan el lugar donde desarrolló su vida pública – Judea y la orilla del Jordán -, su conducta austera en el vestir y en el comer, su liderazgo ante sus discípulos y su función de precursor, al descubrir a Jesús de Nazaret como verdadero Mesías.
Esto contrasta con la forma de Jesús,
que no se distinguió en lo externo de sus conciudadanos: no se limitó a
predicar en un lugar determinado, participó en comidas de familia,
vistió con naturalidad y cumplió todas las normas legales y acudió al
templo con asiduidad, aun condenando la interpretación de la ley que
hacían los fariseos.
Juan Bautista, según Flavio Josefo,
“exhortaba a los judíos a practicar la virtud, la justicia unos con otros y la piedad con Dios, y después a recibir el bautismo”
Los evangelios añaden que su mensaje era de penitencia, escatológico y mesianico.
Exhortaba a la conversión y enseñaba que el juicio de Dios es inminente: vendrá uno "mas fuerte que yo" que bautizará en espíritu Santo y fuego.
Su bautismo era para Flavio Josefo “un baño del cuerpo” y señal de la limpieza del alma por la justicia. Para los evangelistas era “un bautismo de conversión para el perdón de los pecados” (Mc 1,5).
Jesús
no rechaza el mensaje del Bautista, más bien parte de él (Mc 1,15) para
anunciar el reino y la salvación universal, y se identifica con el
Mesías que Juan anunciaba.
Y, sobre todo, hace de su bautismo fuente de salvación (Mc 16,16) y puerta para participar de los dones otorgados a los discípulos.
Entre Juan y Jesús hubo muchos puntos de contacto,
pero todos los datos conocidos hasta ahora ponen de manifiesto que
Jesús de Nazaret superó el esquema del Bautista (conversión, actitud
ética, esperanza mesiánica) y presentó el horizonte infinito de
salvación (reino de Dios, redención universal, revelación definitiva).
Aquí vemos a Jesús el Mesías y Salvador anunciado por el último y mayor de los profetas, Juan el Bautista.
Que el Bautismo de Jesús nos lleve a valorar el que hemos recibido y cumplir en todo momento con su Palabra.
Bendiciones
Aída Martha Castelan
Amén. Amén. Mil gracias Aída. Elsa.
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