TANTO TIEMPO
Vaga cansado mi cuerpo al paso de tantos años,
y en él, el tiempo su huella sin error,
bien ha tatuado, marcada yace mi piel
por arrugas muy profundas, como ríos
de un venero, que han nacido entre mil tumbas.
Ha encanecido mi pelo, marchitó mi piel lozana,
y en mi mente ahora vagan recuerdos que son lejanos,
amores de juventud ¡Nunca del todo olvidados!
Y veo pasar frente a mí, mis cien proyectos frustrados.
Pero es cierto, yo también viví feliz con flores
de las más cuidadas, pero el tiempo es mal amigo,
pasó corriendo y sin pausa, y hoy, recordando el pasado
quiero encontrar un amor, y tristemente me encuentro
que en mi vida, nadie con pasión me amó.
Nadie me tomó en sus brazos ni me besó con ternura,
Ni me ofreció en el silencio, bellas palabras de amor,
Hoy vivo, ensueños perdidos de recuerdos míos y ajenos,
De tiempos ya fenecidos, y de historias sin un sentido.
Y sigue vagando mi cuerpo, cansado por tantos años,
yo ando en pos de una conquista, un poster amor senecto
que me espera en algún sitio, ¡La muerte!
Preciosa dama, canta al final del camino, y yo,
la sigo paso a paso para cumplir mi destino.
Eduardo Martínez Zendejas
Vaga cansado mi cuerpo al paso de tantos años,
y en él, el tiempo su huella sin error,
bien ha tatuado, marcada yace mi piel
por arrugas muy profundas, como ríos
de un venero, que han nacido entre mil tumbas.
Ha encanecido mi pelo, marchitó mi piel lozana,
y en mi mente ahora vagan recuerdos que son lejanos,
amores de juventud ¡Nunca del todo olvidados!
Y veo pasar frente a mí, mis cien proyectos frustrados.
Pero es cierto, yo también viví feliz con flores
de las más cuidadas, pero el tiempo es mal amigo,
pasó corriendo y sin pausa, y hoy, recordando el pasado
quiero encontrar un amor, y tristemente me encuentro
que en mi vida, nadie con pasión me amó.
Nadie me tomó en sus brazos ni me besó con ternura,
Ni me ofreció en el silencio, bellas palabras de amor,
Hoy vivo, ensueños perdidos de recuerdos míos y ajenos,
De tiempos ya fenecidos, y de historias sin un sentido.
Y sigue vagando mi cuerpo, cansado por tantos años,
yo ando en pos de una conquista, un poster amor senecto
que me espera en algún sitio, ¡La muerte!
Preciosa dama, canta al final del camino, y yo,
la sigo paso a paso para cumplir mi destino.
Eduardo Martínez Zendejas
México
Un poema triste pero tan verdadero para algunas personas Eduardo. Te felicito. Elsa.
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