Con una celebración presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, el domingo 7 de noviembre fue coronada la imagen de Nuestra Señora que desata los nudos.
La parroquia San José del Talar, y santuario de Nuestra Señora que desata los nudos, en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, celebró el 7 de noviembre la coronación de la imagen de Nuestra Señora que desata los nudos.
La ceremonia estuvo presidida por el arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de la Argentina, Mario Aurelio Poli, y concelebrada por el obispo auxiliar, monseñor Juan Carlos Ares, y el párroco del santuario, presbítero Ricardo Aloé, junto con diez sacerdotes, entre ellos Rodolfo Arroyo, quien recibió la imagen de la Virgen en 1996.
La ceremonia comenzó cuando el cuadro fue retirado de su lugar habitual de veneración y trasladado por dos feligreses hasta el altar. Luego fue leída la carta que envió para esta ocasión el papa Francisco: “Hace 25 años, el 8 de diciembre de 1996, llegaba a esta casa de San José del Talar, la imagen de Nuestra Señora que desata los nudos. Y llegaba como es Ella: humilde y silenciosa, a esta parroquia que la recibió, como algún día San José también la recibió en su casa”, expresó el Santo Padre en su mensaje.
“Desde ese día, y cada vez más, miles de peregrinos se acercaron a conocer su imagen, a confiarle sus intenciones, a dejar en sus manos tiernas de Madre los nudos de sus vidas. Con una oración, con un gesto, o simplemente con una mirada de amor hacia Ella, tantos hijos suyos han recibido la paz, el consuelo y la fortaleza, han renovado la fe y la esperanza, y se han reencontrado con la Misericordia, la ternura y la cercanía de Dios”, valoróa.
“En este Año Jubilar dedicado a San José, también le confiamos al Castísimo Esposo, nuestras vidas, para que nos regale la gracia de su fidelidad, de su humildad, y de su silenciosa perseverancia en la fe y en el abandono en la Voluntad del Padre”.
“En ella pongamos nuestra esperanza, para ser testigos fieles y humildes del Evangelio de la misericordia y la ternura de Dios”, animóa.
En su homilía, el cardenal Poli reconoció que “es un día de fiesta para nuestra Iglesia porteña en el santuario de Nuestra Señora que desata los nudos”, y afirmó: “En la ciudad te necesitamos”.
“En la vida pública de Jesús aparece en forma muy revelada su madre, ya desde el principio”, recordó el cardenal, cuando comienzan los signos de Jesús, “signos para anunciar el reino del cual Él es rey, pero no un rey de este mundo sino Rey del Universo”.
“La imagen de Nuestra Señora que desata los nudos representa a la Virgen Madre, atenta a los padecimientos de sus hijos. La Virgen, solícita, ayuda a sus hijos, misión que Jesús le encomendó desde la cruz ante el discípulo amado”, destacó.
Y en referencia al Evangelio de las bodas de Caná, que marca el comienzo de la vida pública de Jesús, el purpurado se centró en la figura de María y sus palabras: “Hijo, no tienen vino”.
HERMOSA CEREMONIA. MADRE PROTEJE A TU PUEBLO ARGENTINO. LIBÉRALO DE TODO LO QUE LE ESTÁ SUCEDIENDO. AMÉN. ELSA LORENCES DE LLANEZA.
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