“NOCHE DE LUNA LLENA”
En estos tiempos modernos, invadidos por la luz eléctrica que esfuma los suaves atardeceres y oculta la dulce entrada de la noche, suele ignorársela a la Luna. Muchas veces la olvidamos sin mirar hacia arriba. Sabemos que anda por ahí, dando vueltas, pero no tenemos presente ni de qué tamaño se nos presentará cada noche. Eso a pesar de que por siglos el hombre ha estado muy atento a sus movimientos, ya que fijándose en ella aprendió a conocer el tiempo y su medida. Ya los pueblos antiguos la imaginaron una diosa, diosa de la noche, de la obscuridad, del frío, de los sueños que turban al hombre, muy ligada a la poesía con su eterna lección de alegre y optimista renacimiento con cada luna nueva. Como un enamorado de la misma, hoy al contemplarla anonadado de inmediato me obliga a sumergirme en el recuerdo insondable de un ser querido, de un amor perdido, o de un amigo olvidado. Es que todos, en especial en tiempos de pandemia en donde estamos obligatoriamente confiscados a quedarnos en nuestros domicilios, estamos unidos de alguna manera bajo esa esfera luminosa como piedra esculpida, con rasgos de impenetrable interpretación en donde alguna vez llegó el hombre y observó desde el más allá, la maravilla de la creación. Cómo no recordar al mirarla desde cualquier rincón de nuestro hogar un amor y una amistad inquebrantable. Un misterio, de belleza perenne y eterna se mantiene siempre vivo bajo su esplendor enalteciendo la llama del amor, la amistad y los recuerdos. Por eso me sumo como su enamorado impertérrito al fenómeno o evento sobrenatural de la luna llena. Su belleza perenne y eterna mantendrá siempre vivo bajo las peores circunstancias la llama del amor, la solidaridad y los recuerdos en cada ser humano. Me revive la leyenda del enigmático hilo rojo invisible que conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias.
DR. JORGE BERNABÉ LOBO ARAGÓN
#Argentina #Tucumán #España
Hermoso relato Dr. Jorge. La luna llena es un espectáculo inolvidable. También me trajo recuerdos increíbles. Mil gracias. Elsa Lorences de Llaneza.
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