MIRARES
“Él, me mira,
yo, lo miro”,
respondió un campesino
al Santo Cura de Ars,
de rodillas, horas largas,
adorando el Sagrario.
Visión en monosílabos,
encuentro de amigos,
tiempo en suspenso,
vigilia de prójimos,
silencio que se escucha
en la acústica del Sagrario
y en el tiempo del alma.
Lengua de lo inefable,
beatitud en suspenso,
cifra de la eternidad,
vida habitada por el milagro,
epifanía de la Gloria,
templo, en escala, de la eternidad,
pan, síntesis del don.
Ojo del Amor,
pupila del Santísimo.
Despierto, aguarda.
Bosco Ortega
Hermoso poema Bosco. Mil gracia por compartirlo. Bendiciones. Elsa Lorences.
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