jueves, 8 de abril de 2021

RELATO: "PASCUAS" DR. JORGE BERNABÉ LOBO ARAGÓN


“PASCUAS”

- Esperanza de Vida -

En  el cálido  otoño siempre es bienvenida la lluvia que venga a restituir la humedad que se robaron los secos vientos del norte. Es el mes de Abril 4 del 2021, DOMINGO DE PASCUAS, en mis pagos tucumanos al mediodía llovió. Un chaparrón modesto que alcanzaba para que las plantas gozaran de un alivio y se asentara la tierra. Después de la lluvia el tiempo quedó cargado, amenazante, nublado. La gente baquiana se da cuenta de que está por caer piedra por el ruido que suele preceder a la granizada. Un eco como un trueno que en vez de ir degradando se mantiene continuo y grave en el poniente. Contemplo embelesado las miríadas de piedritas que chocan contra el suelo y el  caer  de cristales de hielo desde un alto cirrus que atraviesan la humedad de un cúmulo que suena como una melodía. Las piedritas humedecidas entrechocan entre si formando una cortina de cristal. Son las tres de la tarde. La hora Nona, cuando mi cuerpo se transforma nuevamente en un pájaro errante para abrazar y descubrir el universo. La luz se apartó del sol  y la tierra se oscureció al mediodía, se largó la granizada en seco como si de repente se abrieran la puerta del cielo, feroz, fulminante. Al sonido de la pedrea se le sumó el de las plantas que se desgajaban y de los árboles que se venían abajo. Qué habrá durado, no más de quince minutos, un cuarto de hora. La tormenta a pesar de mi estado de metamorfosis cósmica llevado por mi bilocación me dejo impresionado. Una tormenta mayor de viento y piedra. Una lluvia de  transición que  al fin ceso. Con mi cuerpo sin mojarse pero en estado de meditación incorpórea percibo con absoluta claridad que el firme aguacero fue un movimiento de la naturaleza. Una alteración, señal como una suspensión visible de la naturaleza. El Supremo entró en su creación. Un día y hora elegido que nos adelanta en este mes difícil de un año santo de esperanza y prosperidad  a pesar de la pandemia. Es que el cielo en Semana Santa necesitaba llorar de nuevo. Después de la tormenta siempre llega la calma. El sol del eterno saldrá para siempre y se  proyecta al infinito como un grito  de optimismo. Un  nuevo Abril.  Un Marzo que nos deja para que nazca una vida nueva. Un calendario abierto nos espera aguardando el color de  una nueva ilusión. De inmediato mi cuerpo astral toma la posición de súplica. Mi mente en un ruego vivo y penetrante implora  para que la  Paz que nos brindara la Pascua de resurrección no se apague con el cañón de la violencia. Ni se marchite el anhelo que el hombre abriga. Que los meses que se avecinan sean gotas  de amor para construir un nuevo mundo, dejando atrás el no puedo más y él no te metas. Atrás quedó lo viejo. Nos espera lo  naciente. El Señor, con su muerte y resurrección ya está alumbrando cada mes de este año con viva esperanza. El Espíritu, con su brisa suave nos infundirá soplos de aliento divino. La Virgen María, Madre de Dios, marchará delante de nosotros, ayudándonos a vivir dignamente cada hora, cada segundo, cada día y cada instante de este Año. Desde la altura mirando  la tormenta que se apacigua lentamente y los cristales de hielo  hundirse en el suelo ávido, una enorme placidez me cubre. Desde esa  serenidad y silencio brindo y saludo a  mis lectores añorando que la bienaventuranza se anide en el corazón de cada uno y puedan seguir  acompañándome  en  mi vuelo de pájaro y sueño. FELICES PASCUAS.  

Dr. Jorge Bernabé Lobo Aragón

jorgeloboaragon@gmail.com

                                                         #Argentina #Tucumán #España

 Dios lo escuche Doctor. Gracias por sus saludos en nombre de los lectores del Blog "Lazos de arte y amistad"  Bendiciones. 

                                  Elsa Lorences.

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