LA MUERTE UNA RESURRECCIÓN
Baja arrastrando los pies
por la calle principal.
Sus pies descalzos, sangrantes
viejos adoquines pisan
que lo hacen tambalear.
En sus hombros lacerados,
carga una pesada Cruz
mientras las largas espinas
de una corona sin cetro,
se clavan en su cabeza
sin poderlo remediar.
¿Qué pensará este Hombre
que va camino a su muerte?
Muerte injusta si las hay,
porque ser Hijo de Dios,
no le da ningún derecho
para poderse salvar.
Y a pesar de su tortura
y su cansancio mortal,
se para ante las mujeres
y trata de consolar.
Pese a todo su dolor,
y poco antes de su muerte,
a su Madre pobrecita
en un esfuerzo supremo
con Amor nos la entregó.
Y así termina una historia
pero otra historia comienza,
donde el dolor se termina
y se cambia por Amor.
Oh! Señor, Rey de los cielos,
que sufriste por nosotros
y por nuestra salvación,
que nunca nos olvidemos
que tú tan grande dolor,
terminó en Resurrección.
Elsa Lorences de Llaneza
Perdón Señor. Ten piedad de los pecadores que te seguimos clavando. Elsa Lorences.
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