REPENTISMO ESPIRITUAL I – HUMILDAD, PACIENCIA Y FORTALEZA[1
La Humildad (mansedumbre), la Paciencia (tolerancia) y la Fortaleza (entereza) de espíritu, virtudes estas que se forjan en la tolva del sufrimiento santo que acarrea el yugo de las pruebas cotidianas, son la miel, el aceite y la amable capacidad de perdonar y ser perdonado (sabiduría), que permiten superar el apego desvariado al Yo (Ego Carnal), que esclaviza al Hombre en forma de suspicacia, rencor y violencia (como alfiles del Caos), acompañados de la vanidad, la envidia y la egolatría (como delirios narcisos de Grandeza), junto a los deseos malsanos de la Carne (concupiscencia).
Por ello, roguemos al Señor de la Plena Pureza, al Señor de la Rectitud de Intención y Nobleza de Corazón (Ego Espiritualizado), que podamos hacer vida el ilustre Buen Consejo cristiano a que alude San Pedro Damián, Obispo y Doctor de la Iglesia, cuando suplica:
"Que resplandezca en tu rostro la serenidad, en tu mente la alegría y en tu boca la acción de gracias".
Amén.
Adrián N. Escudero
Muchas gracias, querida Elsa, por tu afirmada amistad fraterna y literaria. Y tu irrenunciable constancia y perseverancia en servir a Dios conforme sus divinos designios y voluntad. Si no es molestia, seguiré enviándote este tipo de "repentismos espirituales". Fuerte abrazo pascual, y que Dios Amor proteja tu vida y la de tus seres queridos. Ora et labora. Adrián.-
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