Cuán parecido al de Dios es el corazón de madre
late junto al de sus hijos, goza y sufre a cada instante;
cuida sin esclavizar, los ama sin dominarlos
saca de éllos "lo mejor" sin esperar nada a cambio.
Corazón siempre dispuesto para mirar "hacia afuera"
y el gozo y el bienestar de sus hijos priorizando
y aunque a veces sufre tanto, que siente que va a morir
una Fuerza de lo Alto le hace seguir palpitando.
Y es que tiene una misión sublime que la apasiona
y es volcarse día a día, plenamente y sin descanso
dejando en éllos su impronta con paciencia y valentía;
sembrando aquellos valores que den sentido a sus vidas,
los ayude a bien vivir y en este mundo precisan
para superar sus crisis y no rendirse jamás
y aprender de los errores que los haga madurar...
Pero aún más importante que enseñar y aconsejar
es permitir que éllos sientan el cariño que les da;
que el servicio es Alegría, que libera el "perdonar"
y que " no hay nada más grande que ser amado y amar".
Susana Mirta Piñeiro de Valli
Plottier (Prov. del Neuquén)
mirtapieiro@hotmail.com
Bello, bello Susana. Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario