Ser de verdad pobre en el espíritu
es entregarse enteramente a Dios
sin buscar ya más seguridades
fuera de Su ayuda y protección.
Es imitar al pájaro posado
sobre una frágil rama en un pinar
que no teme que el viento se la quiebre
porque tiene "alas de libertad".
Y ¿cuáles son las del ser humano
que lo conducen a la enternidad?
Son la oración confiada e insistente
y la certeza de que es Dios Quien proveerá.
Y como el ave que canta satisfecho
apenas logra superar el vendaval
también el pobre de espíritu agradece
cada muestra de Amor que Dios le da.
Regálame la Gracia de encontrarte
abandonado por todos en la Cruz.
Dame la fe que me ayude a dar el "salto"
y descansar en Tu Amor, Dulce Jesús.
Susana Mirta Piñeiro de Valli
Plottier (Prov. del Neuquén)
mirtapieiro@hotmail.com
Ojalá Susana Dios escuche tu pedido. Mil gracias.
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