Con
un emotivo elogio a la humildad, sabiduría y visión de futuro de su
predecesor Giovanni Battista Montini, el Papa Francisco pronunció este
domingo la solemne fórmula en latín con la cual elevó al honor de los
altares al recordado Papa Pablo VI, y anunció que la fiesta litúrgica
del nuevo Papa Beato será el 26 de septiembre, fecha de su nacimiento.
Y
como se había anunciado, estuvo presente también el Papa emérito
Benedicto XVI, que fue creado cardenal por el nuevo Beato y al que el
Papa Francisco saludó cordialmente al comenzar la celebración.
En una abarrotada Plaza de San Pedro, que recibió con júbilo sus palabras, la entonación del Himno Iubilate Deo, Cantate Domino
acompañó entre grandes aplausos el momento en que fue desvelada la
imagen del Beato Pablo VI, en el balcón central de la Basílica de San
Pedro.
Concilio y Sínodo, dos aportes de Pablo VI
El
Papa Francisco destacó la notable conducción de Pablo VI del Concilio
Vaticano II y su valiosa iniciativa para instituir el Sínodo de los
Obispos para analizar los temas de coyuntura que interesan a la Iglesia.
Citó
el comentario que anotó Pablo VI en su diario personal al día siguiente
de la conclusión del Concilio Vaticano II: «Quizás el Señor me ha
llamado y me ha puesto en este servicio no tanto porque yo tenga algunas
aptitudes, o para que gobierne y salve la Iglesia de sus dificultades
actuales, sino para que sufra algo por la Iglesia, y quede claro que Él,
y no otros, es quien la guía y la salva».
Como se recordará, el
Concilio Vaticano II comenzó el 11 de octubre de 1962, convocado por el
Papa Juan XXIII, y a su muerte, el 3 de junio de 1963, fue continuado y
terminado por su sucesor Pablo VI en 1965. Su realización fue el
acontecimiento más importante de la Iglesia, y dio como resultado la
redacción de 16 documentos, cuyo conjunto constituye una toma de
conciencia de la situación actual de la Iglesia y que define las
orientaciones para actuar en ese marco.
El Papa Francisco también
citó las palabras con las que fundamentó la institución del Sínodo de
los Obispos: «Después de haber observado atentamente los signos de los
tiempos, nos esforzamos por adaptar los métodos de apostolado a las
múltiples necesidades de nuestro tiempo y a las nuevas condiciones de la
sociedad».
Como se sabe, Pablo VI instituyó el Sínodo de los
Obispos con su Carta Apostolica sollicitudo, publicada el 15 de
septiembre de 1965.
“En esta humildad resplandece la grandeza del
Beato Pablo VI que, en el momento en que estaba surgiendo una sociedad
secularizada y hostil, supo conducir con sabiduría y con visión de
futuro –y quizás en solitario– el timón de la barca de Pedro sin perder
nunca la alegría y la fe en el Señor”, señaló el Papa Francisco.
Y
finalizó destacando que “Pablo VI supo de verdad dar a Dios lo que es
de Dios, dedicando toda su vida a la «sagrada, solemne y grave tarea de
continuar en el tiempo y extender en la tierra la misión de Cristo»,
amando a la Iglesia y guiando a la Iglesia para que sea «al mismo tiempo
madre amorosa de todos los hombres y dispensadora de salvación».
Que el Beato Pablo VI, interceda ante Dios y los humanos para que cesen las guerras y las pestes. Escúchalo Señor.
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