COMPENDIANDO LECTURAS BÍBLICAS
Sobre el Libro de Daniel
Releyendo en el Antiguo testamento el Libro de Daniel, éste, por
medio de visiones y relatos de episodios, fortalece la lealtad a Dios
explicando a sus contemporáneos a qué se ven sujetos.
En la actualidad, también podemos sacar grandes enseñanzas y conclusiones para
fortalecer nuestra fe y esperanza incondicionales, y para mantener encendido el amor supremo a Dios.
Del enunciado libro extraemos los siguientes fragmentos a manera de oración y reflexión.
Dn 2, 20 "Bendito sea por siempre el nombre de Dios, porque suyo son la sabiduría y el poder".
Dn 6, 27 "El es el salvador y libertador, el que hace señales
maravillosas en el cielo y en la tierra. Él ha salvado a Daniel de las
garras de los leones".
Dn 12, 1, 2, 3 (La hora final) "En ese momento aparecerá Miguel, el
gran ángel protector que defiende a tu pueblo. Será un momento
angustioso, un momento como no ha habido otro desde que existen las
naciones. Cuando ese momento llegue se salvarán los de tu pueblo que
tienen su nombre escrito en el libro. Muchos de los que duermen en la
tumba, despertarán: unos para vivir eternamente, y otros para la
vergüenza y el horror eternos. Los hombres sabios, los que guiaron a
muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda
celeste, ¡brillarán por siempre como las estrellas!"
De éstos últimos ya tenemos infinidades de ejemplos. ¿Qué podemos agregar desde nuestros corazones y mentes?
¿Qué vivencia desde la palabra rectora de nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica Romana?
Felices aquellos que con fortaleza de Amor, Fe, Esperanza y Caridad
puestas al servicio de Dios, caminan hacia su fin y reposo, pues en los
últimos días con la segunda venida de Jesús, se levantarán para recibir
su recompensa. Invoquemos con oraciones a San Miguel Arcángel para que
nos proteja en nombre de Jesucristo; y a la Virgen María Madre de la
Iglesia, para que interceda ante su Hijo por nosotros, pidiéndole con
íntima confianza: "Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que
seamos
dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo".
Reflexionando, es dable aceptar enseñanzas como las de santa Teresa de Ávila: "¡Oh,
qué gran cosa es donde el Señor da esta luz de entender lo mucho que se
gana en padecer por Él! ¡Las pruebas son la medida del amor de Dios!".
Amén...
Miguel Ángel Migliarini
San Nicolás de los Arroyos, 25 de octubre del 2014.-
Gracias Miguel Ángel, el Señor te bendiga.
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