sábado, 25 de octubre de 2014

COMPARTIENDO, Miguel Ángel Migliarini, COMPENDIO DE LECTURAS BÍBLICAS

COMPENDIANDO LECTURAS BÍBLICAS
Sobre el Libro de Daniel

    Releyendo en el Antiguo testamento el Libro de Daniel, éste, por medio de visiones y relatos de episodios, fortalece la lealtad a Dios explicando a sus contemporáneos a qué se ven sujetos.
    En la actualidad, también podemos sacar grandes enseñanzas y conclusiones para fortalecer nuestra fe y esperanza incondicionales, y  para mantener encendido el amor supremo a Dios. 
    Del enunciado libro extraemos los siguientes fragmentos a manera de oración y reflexión.
    
    Dn 2, 20 "Bendito sea por siempre el nombre de Dios, porque suyo son la sabiduría y el poder".

    Dn 6, 27 "El es el salvador y libertador, el que hace señales maravillosas en el cielo y en la tierra. Él ha salvado a Daniel de las garras de los leones".

    Dn 12, 1, 2, 3 (La hora final) "En ese momento aparecerá Miguel, el gran ángel protector que defiende a tu pueblo. Será un momento angustioso, un momento como no ha habido otro desde que existen las naciones. Cuando ese momento llegue se salvarán los de tu pueblo que tienen su nombre escrito en el libro. Muchos de los que duermen en la tumba, despertarán: unos para vivir eternamente, y otros para la vergüenza y el horror eternos. Los hombres sabios, los que guiaron a muchos por el camino recto, brillarán como la bóveda celeste, ¡brillarán por siempre como las estrellas!"

    De éstos últimos ya tenemos infinidades de ejemplos. ¿Qué podemos agregar desde nuestros corazones y mentes? ¿Qué vivencia desde la palabra rectora de nuestra Santa Iglesia Católica Apostólica Romana? 
    Felices aquellos que con fortaleza de Amor, Fe, Esperanza y Caridad puestas al servicio de Dios, caminan hacia su fin y reposo, pues en los últimos días con la segunda venida de Jesús, se levantarán para recibir su recompensa. Invoquemos con oraciones a San Miguel Arcángel para que nos proteja en nombre de Jesucristo; y a la Virgen María Madre de la Iglesia, para que interceda ante su Hijo por nosotros, pidiéndole con íntima confianza: "Ruega por nosotros Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo".
    Reflexionando, es dable aceptar enseñanzas como las de santa Teresa de Ávila: "¡Oh, qué gran cosa es donde el Señor da esta luz de entender lo mucho que se gana en padecer por Él! ¡Las pruebas son la medida del amor de Dios!". 
    Amén...

Miguel Ángel Migliarini
San Nicolás de los Arroyos, 25 de octubre del 2014.-
Gracias Miguel Ángel, el Señor te bendiga. 

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