LA VIRGEN MARÍA CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL
DESDE EL GÉNESIS.
En el origen o comienzo, tras la desobediencia de Adán y Eva, dijo el Señor a la serpiente tentadora:
"Por
esto que has hecho maldita serás entre todos los demás animales. De hoy
en adelante te arrastrarás. Haré que tu y la mujer sean enemigas, los
mismo que tu descendencia y su descendencia; y
una mujer aplastará tu cabeza... (Gn 3, 14-15).
Desde ese preciso instante Dios previó que llegado el tiempo, la
Virgen María sería Esposa del Espíritu Santo y que el Verbo se haría
Hombre en su vientre. María es la Mujer que aplastó la cabeza de la
serpiente.
De tal manera se cumplió lo que el Señor había concebido y dicho por
medio del profeta.
"La Virgen quedará encinta y tendrá un Hijo, al que pondrán por nombre Emanuel" (Dios entre nosotros) (Is 7, 14).
Durante
la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, su Madre la
Virgen María vivió como nadie la Redención que trajo su Hijo al mundo; y
fundando la Iglesia Católica Apostólica, dando su potestad a Pedro como
Primer Pontífice.
"Cuando Jesús vio a su Madre, y junto a ella al discípulo a quién el quería mucho, Jesús
dijo a su Madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu Madre".(Jn 18, 26-27).
En
conclusión, desde el Génesis, la Santísima Virgen María ha estado en
los planes de Dios; y Jesús desde la Cruz, entregando su cuerpo y alma
al Padre, hizo a María Madre de todos los creyentes. Ella, María, Madre
de la Iglesia, es la Madre de miles de millones de Católicos Apostólicos
Romanos del Mundo. Nuestra
veneración debe ser constante, desagraviando a María de los ofensas que
sufre su purísimo corazón, especialmente por las blasfemias que se
dirigen a Ella, como es el caso de muchos que se dicen "cristianos" pero
desacralizan a Cristo por cuanto no creen en la Virginidad y elevación
de María al Cielo.
Debemos ofrecer
alabanzas con el fin de consolarla por tantos hijos ingratos que no la aman,
y consolar el Corazón de su Divino Hijo Jesús a quién tanto ofenden las injurias dirigidas a su Madre.
Dígnate que te alabemos Virgen Sagrada y, danos virtud contra tus
enemigos. Benditas sean las gracias con que el Señor te coronó como
Reina de cielos y tierra. Amén.-
Miguel Ángel Migliarini. San Nicolás de los Arroyos, octubre del 2014.-
Gracias Miguel. ¡Hay tan poca gente que escribe ensalzando a nuestra Madre! Dios te bendiga y te cure.
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