martes, 3 de agosto de 2021

EDITORIAL DE LA REVISTA ARISTOS INTERNACIONAL ALICANTE-ESPAÑA JULIO 2021 POR SU PRESIDENTE DRA. EUNATE GOICOETXEA

 


LA CORRUPCIÓN

Vivimos una época en la que desgraciadamente, la mayoría de los días nos despertamos con noticias sobre la corrupción.

La corrupción refiere, en una primera instancia, a algo que se ha echado a perder, que pasa a un estado de pudrición o perversión, alternándose las propiedades básicas y pasando a ser mucho más turbias y negativas.

El término proviene de la combinación de dos palabras en latín: romper y corazón. Ese sentido metafórico significa justamente la pérdida de la esencia de un objeto o valor.

La corrupción tiene muchas ramificaciones, dependiendo de la naturaleza del problema. Por ejemplo, la desigualdad económica y de oportunidades suele ser consecuencia de la construcción histórica de una sociedad de ricos muy ricos y pobres muy pobres.

Por otro lado, las desigualdades económicas también pueden ser resultado de dinámicas políticas que tengan efectos catastróficos sobre la economía, a los cuales sólo la población más pudiente puede sobrevivir.

Además, la pobreza y la falta de recursos se traduce a menudo en actitudes violentas, en resentimiento social, en criminalidad y la proliferación de otras actividades delictivas. A veces la desesperación lleva a quebrar las leyes de una sociedad percibida como injusta. Por eso, no es simple dar con las causas de los problemas sociales que el mundo padece.

Por ello es necesario fomentar e impulsar el conocimiento de los derechos de los que disponen los ciudadanos, facilitar las herramientas para su ejercicio y que comprendan su utilidad real para la mejora del servicio público. Porque, al igual que en cualquier ámbito, el cambio cultural es básico, y es preciso contar con todos y cada uno de los ciudadanos para que se conviertan en agentes de lucha contra la corrupción, para pasar del mensaje de que lo público no es de nadie, a interiorizar que lo público es de todos y que el fraude, la corrupción y las conductas irregulares nos perjudican a toda la sociedad en su conjunto.

Hagamos entre todos una sociedad mejor, poniendo cada uno de nosotros nuestro granito de arena, para impulsar y fomentar las leyes anticorrupción.

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