EL BUEN VIÑADOR
Vamos por la vida siempre presionados,
unos preocupados por ganar el pan,
otros programando unas vacaciones
después del trabajo para descansar.
Casi no nos vemos con el que está al lado,
ni nos saludamos, todo nos da igual,
al amor fraterno hemos sepultado
y la indiferencia ocupó el lugar.
Es hora que hagamos un cambio de rumbo,
vivir sosegados es lo ideal, estamos a
tiempo de dar alegría y un poco de paz,
sanando heridas donde hay dolor,
haciendo este mundo un poco mejor.
Si somos cristianos fuimos convocados
a dar testimonio del Amor de Dios,
es nuestra tarea preparar el suelo,
labrando la tierra, plantando la vid
de cara al sol, la poda y cosecha
están reservadas para realizarlas el
Buen Viñador.
Raquel Olay de Leanza
Abril 2018
“Refugio del silencio y la Palabra”
Hermoso poema que se me había perdido entre la maraña de cosas que recibo. Te pido disculpas querida amiga. Un poema de tal magnitud no debía perderse. Mil Bendiciones Elsa.
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