DESDE LA DESMADUREZ
El amor con el tiempo es subyugante,
avanza a paso firme, sin apuro,
envuelve cual elixir embriagante
hilvanando con sueños el futuro.
Se reviste de fuego y de inocencia,
de vehemente pasión y de quietud;
conoce de placer y penitencia,
conoce de arrebato y de virtud.
Se anida en el silencio de las horas
para expresar con férvida pasión
que un beso tiene luz de mil auroras,
que un beso es infinita seducción.
Y sabe que la luz de una sonrisa
envuelve sutilmente entre sus velos
el mágico placer de una caricia,
las notas más sublimes de un te quiero.
Así te quiero yo, con mis silencios,
con el invierno besándome las sienes,
reviviendo con el néctar de tus besos,
ansiando siempre de tu boca mieles.
Así te quiero yo, serenamente,
con el ímpetu de la ida juventud,
y te amaré en el tiempo, eternamente,
con la calma de la pronta senectud.
Eunate Goicoetxea
Presidente de la Revista
Aristos Internacional
Todos los derechos reservados ES/017/237
Ya no me quedan palabras para felicitarte por todas las cosas que haces. Benditos Dones que Dios te regaló. Elsa Lorences.
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