Leyendas Argentinas
Del quebracho colorado
Según
se narra en esta historia, había un cacique de la tribu quichua de
nombre Anka. Él era jefe de esta tribu y vivía junto a su hijo
Puca-Sonko,
del cual estaba orgulloso por ser un joven muy valiente que amaba a la
naturaleza. Esta tribu se encargaba de la caza del jaguar, del venado y
del quirquincho, sin duda alguna esta clase de vida sana y en contacto
permanente con la naturaleza les proporcionaba
fortaleza, destreza y habilidad. También se dedicaban a la agricultura y
la pesca, sin embargo un día la paz y la tranquilidad se vio un poco
alterada.
Llegaron
rumores a la tribu de que se acercaban ejércitos de viracochas con el
propósito de conquistar aquellas tierras, el jefe Anka lamentaba que
su hijo aún era muy joven para luchar. Sin embargo, lo
invitó para que ayudará en la resistencia y en la lucha, porque era muy
valiente. Así es que todos tomaron sus armas y escudos, y sin titubear
salieron a pelear contra los viracochas. Como
conocían bien la selva los pudieron vencer, ciertamente el estar en
contacto permanente con la naturaleza los salvó.
De esta manera, se recobro la tranquilidad en la tribu quichua durante un buen tiempo. Pero no pasó mucho tiempo que Anka envejeció, enfermó
y murió, esta tragedia aceleró el crecimiento de Puca-Sonko.
Debido a la muerte de su padre debió hacerse cargo de la tribu con todo
lo que eso conlleva para un joven, de hecho no faltaría mucho para que
se enfrente a verdaderos desafíos.
Paso
un año aproximadamente hasta que llegaron los rumores de que los
españoles iban a invadir todas sus tierras, sin dudar la tribu salio
hacia al
bosque para enfrentar a los enemigos que querían usurpar sus tierras.
Sin embargo, observaron que los españoles traían armaduras que brillaban
con el sol y poseían armas que nunca habían visto. No obstante esto,
salieron con fe y valentía al campo de batalla.
Pero
algo curioso sucedió, cuando pensaban que habían ganado y comenzaban a
festejar con alegría, observaron a la vista un ejército de españoles.
Les
habían tendido una trampa o una coartada, ante semejante sorpresa lo
único que atinaron hacer fue huir despavoridos y desorientados. Pasaron
algunas horas cuando se retiraron los españoles y algunas indígenas
comenzaron a buscar al joven Puca-Sonko, pero tristemente
lo encontraron muerto, estaba cerca de un árbol inmenso.
Cerca
de su cuerpo estaba su sangre derramada pero curiosamente la base del
árbol le estaba absorbiendo la sangre de Puca-Sonko y se había tornado
de un color rojo, precisamente de ahí nace la leyenda de «El Quebracho
Colorado».
Fuente: http://razafolklorica.com/
Hermosa Leyenda Adrián. Algo así venía necesitando el Blog. Mil gracias por tu colaboración. Elsa Lorences
Muchas gracias por tu bondadosa publicación, querida Elsa. Te dejo un fuerte abrazo y muchos cariños, protegidos por el Manto de María Santísima de Luján. Ora et labora. Paz y Unión. Y en contacto!!!- Adrián.-
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