Escuchemos la voz de nuestra Madre del Cielo:
“Queridos
hijos: mi Hijo amado siempre ha orado y glorificado al Padre Celestial.
Siempre le ha dicho todo a Él y ha confiado en Su voluntad. Es lo que
ustedes, hijos míos, también deberían hacer, porque el Padre Celestial
siempre escucha a sus hijos. Un corazón en un corazón – amor, luz y
vida. El Padre Celestial se ha donado mediante un rostro humano, y ese
rostro es el rostro de mi Hijo. Ustedes, apóstoles de mi amor, siempre
deberían llevar el rostro de mi Hijo en sus corazones y en sus
pensamientos. Deberían siempre pensar ...
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