En el continuo peregrinar
de mi fantasiosa mente,
fui un pájaro con alas escarlata,
fu una silvestre flor color de plata
y una nube de color iridecente.
Fui efímera mariposa de colores
azules, verdes, blancos y morados,
fui también témpanos helados
y un ramillete de lánguidas flores.
Y en ese sueño gitano de locura
caminé por las brasas sin quemarme,
y ya sin alas volé hasta cansarme
y sin ojos miré la luz más pura.
Al despertar de este sueño sin sentido
sentí, frío, dolor, miedo y hastío,
y mis ojos se inundaron en mi llanto
y con mis manos contuve mi corazón herido.
Era la triste realidad que me tocaba
abriéndome los ojos a la vida,
y fue tan cruel aquella despedida,
que tuve ganas de morirme de repente.
Sin jamás volver a ser
aquel ser que es inocente,
y camina erguido y muy suavemente,
aun delante de los embates de la muerte.
Eduardo Martínez Zendejas.
México
Hermoso Eduardo. Mil gracias por permitirme publicarlo Bendiciones. Elsa
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